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Tel Aviv proyecta una larga ocupación del sur de Líbano con fines comerciales

Israel proyecta, aparentemente, ocupar largo tiempo el sur de Líbano para dejar detrás de sí, cuando se retire, una frontera norte económicamente abierta, como lo es ahora la del Sinaí egipcio.

Para que el objetivo del Gobierno de Tel Aviv de crear una corriente de intercambios que convierta a Líbano meridional en un mercado para las exportaciones israelíes se realice, Israel necesita tiempo, y está dispuesto a tomárselo, dejando a su Tsahal, su Ejército, ocupar largos meses el sur del país, opina un amplio sector de la clase dirigente libanesa.El general Moshe Levy, jefe del Estado Mayor adjunto israelí, declaró recientemente: "Tomamos las medidas necesarias para que nuestros soldados puedan pasar el invierno en Líbano".

Apenas las primeras unidades del Tsahal cruzaban la frontera libanesa, el encargado de coordinar el comercio con la parte ocupada del territorio libanés, Eytan Israelí, ex agregado agrícola israelí en Washington, afirmaba que "Líbano podrá convertirse en un excelente cliente de los productos israelíes".

Desgraciadamente, para. los comerciantes libaneses los intercambios comerciales sólo benefician a Israel, porque, mientras los productos procedentes de Israel entran generalmente en Líbano sin pagar aduana, los soldados del Tsahal sólo pueden introducir, cuando regresan a su país, un cartón de pitillos de diez cajetillas y una botella de whisky o de cualquier otro licor.

Todo lo demás, los cartones de tabaco rubio norteamericano, ad quiridos a 2,5 dólares (250 pesetas), o los vídeos de contrabando por 320 dólares (32.000 pesetas), disimulados bajo el asiento de un jeep o en la cabina de un carro de combate, es sistemáticamente incautado en la frontera por la policía militar israelí, por lo que los soldados han renunciado a comprarlos.

Futura cooperación bilateral

Paralelamente a la penetración económica israelí, las autoridades hebreas viajan constantemente a Líbano para multiplicar los contactos informales con los responsables locales, con el objetivo, reconocido abiertamente, de sentar las bases de una futura cooperación bilateral, señalan los parlamentarios del sur del país.

En Sidán, por ejemplo, han des filado, desde principios de mes, los ministros israelíes de Asuntos Económicos y de Hacienda y el director del Banco Central israelí para entrevistarse con el director de la sucursal local del Banco de Líbano, al que las autoridades de ocupación militar pidieron poco después que les entregase extractos de las cuentas bancarias, tanto de las organizaciones palestinas allí afincadas como las de de sus responsables.

En estos encuentros bilaterales, los emisarios israelíes evocan ante sus interlocutores libaneses la posibilidad de explotar conjuntamente las aguas del río Litani, en el sur de Líbano, o la eventualidad de permitir transitar por Israel las mercancías libanesas exportadas a Egipto o a Europa y Estados Unidos.

El Tsahal, por otra parte, se esfuerza por congraciarse con la población civil libanesa, encargándose, por ejemplo, directamente, según los testimonios de viajeros, de la distribución del agua, regalando caramelos a los niños y desalojando a los palestinos que ocupan casas de familias libanesas que huyeron de la invasión, pero que ahora vuelven a sus hogares.

Subsiste, sin embargo, un grave motivo de fricción entre la población y el Ejército ocupante: la detención abusiva, e incluso la tortura, de centenares dé libaneses sospechosos de colaboración con los fedayin palestinos.

El fenómeno ha adquirido tales proporciones, que personalidades inicialmente favorables a la invasión israelí, como el metropolita greco-católico de Tiro, Georges Haddad, denunció recientemente ante la Prensa "la detención por los soldados israelíes, no sólo de palestinos, sino de inocentes, que son también torturados".

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