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Inquietud internacional y confusión sobre el desarrollo de la guerra irano-iraquí

El brusco relanzamiento de la guerra irano-iraquí, caracterizado ayer por la contradicción de las informaciones sobre la evolución de los combates, ha sumido en el desconcierto y la preocupación tanto a Washington como a Moscú, a El Cairo como a Tel Aviv. En Nueva York, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se ha reunido de nuevo y ha pedido un inmediato alto el fuego.A las 36 horas del comienzo de la ofensiva iraní, la Prensa de Teherán informaba que las "fuerzas islámica,,,," habían avanzado veinticinco kilómetros en territorio iraquí y se encontraban a siete kilómetros de Basora, la segunda ciudad de Irak.

En Bagdadl, sin embargo, el comando general del Ejército iraquí aseguraba que sus tropas habían terminado pcir la mañana de "lim-, piar el territorio nacional de las fuerzas iraníes". "Los atacantes", decía el comunicado, "han sido derrotados y expulsados más allá de las fronteras".

La confusiión sembrada por la guerra de comunicados no ha impedido que crezca la inquietud en Oriente Próximo y en los países occidentales industrializados.

En Washiiigton reina una cierta frustración por la insuficiencia de medios reales de presión sobre los beligerantes. Mientras, fuentes diplomáticas de Moscú consideran que el recrudecimiento de la guerra ha colocado a la diplomacia soviética en una delicada situación, tras dos años de esfuerzos por mantener el equilibrio entre ambos contendientes.

La ofensiva iraní también ha colocado a Egipto frente a una nueva crisis, en la que sus posibilidades de acción diplomática parecen aún más reducidas que las que tiene en la guerra de Líbano. En Israel se ve esta guerra como un posible factor de desestabilzación de los regímenes jordano y sirio.

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