Preocupación en Europa por la probable compra española de aviones F-18A
Aunque la Oficina de Información Diplomática ha negado la existencia de presiones o inquietudes expresas en otros países de la Alianza Atlántica, en Bélgica se contempla con preocupación la probable decisión española de comprar 84 aviones de combate F-18A, de la Mac Donell Douglas, por un importe aproximado de 3.000 millones de dólares (unos 330.000 millones de pesetas). La opción por este cazabombardero podría suponer la pérdida de 2.500 puestos de trabajo y afectar gravemente a la industria siderúrgica de aquel país. Un próximo Consejo de Ministros, probablemente el que se celebrará el día 23, adoptará la decisión oficial, tras la recomendación de la Comisión de Defensa.
Según informa nuestra corresponsal en Bruselas, Soledad Gallego Díaz, la aparente decisión española ha causado sorpresa y una cierta inquietud en Bélgica, país donde se fabrica una parte importante del modelo F-16, el más directo competidor del F-18A en el enorme mercado de aviones militares. Un acuerdo multilateral suscrito en 1975 entre Estados Unidos y cuatro países europeos miembros de la Alianza Atlántica establecia la construcción en Europa de los componentes del avión F-16, de la General Dinamics, del que disponen las fuerzas aéreas de esos países.Este acuerdo multilateral sobre el F-16, conocido como el contrato del siglo, hace que cuatro países de la Alianza Atlántica (Bélgica, Holanda, Noruega y Dinamarca) participen, junto con Estados Unidos, en la fabricación de los distintos elementos del avión de combate norteamericano. Bélgica, por ejemplo, fabrica una parte importante de los motores, y los Países Bajos tienen a su cargo la parte electróníca.
El acuerdo, que se mantendrá en vigor hasta 1984, supone que los cuatro países europeos participan no sólo en la fabricación de los aviones que utilizan sus propias fuerzas aéreas, sino también en los destinados a la aviación norteamericana y a la de países terceros que lleguen a acuerdos con la General Dinamics.
Hasta el momento han pedido aviones F-16, además de los países mencionados, Egipto, Vénezuela, Corea y Paquistán, y existen contratos previstos con Israel, Emiratos Arabes Unidos, Turquía y Grecia.
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Ventaja del F-18A para la obtención del contrato del avión de combate español
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La decisión española de no elegir el F- 16 para modernizar la Fuerza Aérea de nuestro país tendrá consecuencias inmediatas para los cuatro países europeos que participan en su fabricación y con los que, tal vez, hubiera podido llegarse a un acuerdo, al igual que con la Mac Donnell Douglas. La repercusión es especialmente grave en Bélgica, donde de los nuevos contratos pueden depender casi 2.500 puestos de trabajo en la región valona. En la propia Bélgica existe una fuerte polémica interna porque, además de los más de cien aviones contratados inicialmente para la fuerza aérea de este país, se estudia la posibilidad de hacer una nueva petición para reemplazar los Mirage actualmente en servicio. El Gobierno de Bruselas no ha adoptado aún ninguna decisión, a la espera, estiman algunos, de ver cómo se desarrolla la venta del F-16 fuera de sus fronteras.
En varias reuniones sindicales celebradas este mismo año, los representantes de la industria siderúrgica belga explicaron que el programa F-16 es vital para la supervivencia de esta industria y reprocharon al Gobierno su lentitud en la toma de decisiones.
Una decisión política
Fuentes bien informadas aseguraron a EL PAIS que el reciente nombramiento de un agregado militar belga en España correspondía a este deseo de Bruselas de "explicar en Madrid las ventajas del F-16", pero que "la decisión espafiolá de elegir el F-18A nos ha cogido por sorpresa".
Los Países Bajos, por su párte, han procedido a efectuar nuevas peticiones de F-16, veintidós de los cuales entraran en servicio en 1985, y 36 en 1.986.
En estos días, se celebran numerosas reuniones de todas las partes involueradas en el proyecto. Fuentes diplomáticas consideraban ayer como muy probable que la decisión oficial se adopte durante el próximo Consejo de Ministros, si bien el titular de Defensa, Alberto Oliart, no ha apuntado nada concreto, al respecto.
Un portavoz del CRISDE (Centro de Relaciones Informativas y Sociales de la Defensa) declaró a la agencia Efe que se trata de una decisión política, para la que todavía no se ha fijado fecha. "El cometido de las co misiones designadas", explicó, "ha sido exclusivamente de asesoramiento, sin ninguna facultad de decisión". No obstante, la ventaja obtenída por el F-18A pare ce de momento sustancial. Excepto que la decisión se retrasase unas semanas -dando con ello tiempo a que las sugerencias eu ropeas tomasen cuerpo- parece lógico que el Gobierno siga la re comendación de la Comisión de Defensa.
Una posibilidad que se con templa en estos días, si bien no de forma oficial, es que se opte provisionalmente por el cazabombardero de la Mac Donell Douglas, sin que ello implique que, en el largo proceso de negociación de las condiciones concretas -que durarán varios meses- hasta que los aparatos hayan sido adquiridos, no se pueda modificar la decisión para optar por el F-16. Si los socialistas obtuvieran una victoria electoral amplia, podrían incluso reconsiderar la opción europea del Tomado,
Por su parte, la embajada de los Estados Unidos en Madrid ha hecho pública una nota en la que se afirma que el gobierno norteamericano "no es propietario de tecnología aeronáutica avanzada" y que los propietarios son empresas privadas. "Carecemos de información", se añade, .sobre las eventuales contrapartidas que incorporaría la venta de aviones de combate norteamericanos a España", si bien se considera que el hecho de que haya dos compañías norteamericanas de primera línea que se disputan el contrato con Espafía "crea un marco de competencia que puede resultar sumamente ventajoso para España". La nota considera también que "habida cuenta de la nueva relación de aliados que se establece entre ambos paises coh el ingreso de España en la OTAN, esperamos impulsar una expansión de cooperación industrial con España, sobre todo en el terreno de los contactos entre industrias de ambos países".
El proyecto FACA (Futuro Avión de Combate y Ataque) se destina a sustituir los aparatos Phantom y F-5, ya anticuados ante la velocidad de los cambios que experimenta la sofisticada industria militar. Estos aparatos tienen una vida media de veinte años, que expirat en 1985.
Los candidatos al contrato
Los candidatos a obtener la concesión de este contrato del siglo de las fuerzas armadas españolas han sido dos aparatos de la Mac Donell Douglas -el F-18A y el F-18L-, uno de la General Dinamics el F-16-, otro de la Panavia anglo-italo-alemana (el Tomado) y el Mirage 2.000 francés. Diversas consideraciones fueron decantando la decisión a favor del F- 1 8A. Si bien se consideraba como más eficaz al F-18L, también de la Mac Donell Douglas, su precio estaba muy por encima de las posibilidades españolas. En cuanto al Mirage 2.000 jugó en su contra el hecho de que las fuerzas aéreas cuentan ya con dos escuadrones de Mirage-3, así como la existencia de un contrato para recibir 72 aparatos del modelo Mirage-1.Así pues, se optó por la diversificación, por razones de seguridad, de las fuentes de suministro.
El rechazo del modelo europeo Tornado parece basarse en que "no es un avión polivalente". En cuanto al avion de fabricación nortéamericana F-16, fue el tema de las contrapartidas (ya muy repartidas entre los cofabricantes europeos) el que inclinó a los miembros de la Comisión de Defensa (formada por representantes de las Fuerzas Armadas, la Administración y la industria) a no recomendar su adquisición.
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