El Museo de Bellas Artes de Santander dedicará una sala a María Blanchard
El Museo Municipal de Bellas Artes de Santander contará en breve con una sala dedicada a la pintora cántabra María Blanchard, así como objetos personales y la correspondencia cruzada entre la pintora y Concha Espina y Matilde de la Torre.El museo municipal santanderino cuenta ya con un total de cinco cuadros de María Blanchard, al donar la sobrina de la pintora, Carmen Egea, el cuadro Figura femenina vista de frente, con vestido rojo y dejar en depósito indefinido un bodegón pintado, al óleo, posiblemente de la etapa de Salamanca, cuando la artista ejerció en esa ciudad la docencia. Estas dos pinturas se unen a las que ya poseía el museo municipal: La girana (1912), donada al Ayuntamiento en vida de la artista y en agradecimiento por la beca concedida por éste para sus estudios en Francia; La comida (1925), adquirida hace cuatro años por el museo, con la colaboración de entidades culturales y económicas de la región, y La merienda, comprada recientemente a la sobrina de la artista cántabra.
El concejal delegado del Ayuntamiento de Santander en el museo municipal, José Ramón Sainz Viadero, ha informado de que ya existen dos ofrecimientos concretos de obras de María Blanchard por coleccionistas privados que estarían dispuestos a dejar en depósito obras para completar la sala. La excelente disposición de la familia de María Blanchard para colaborar con el museo ha sido, en opinión de Sainz Viadero, la principal razón para decidir la creación de la sala dedicada a la pintora, actualmente reconocida como una de las grandes artistas de este siglo. A pesar de ello y de la exposición-homenaje que el año pasado -centenario de su nacimiento- se celebró en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, la dirección de éste ha decidido retirar la exposición monográfica, lo que ha causado malestar entre la familia de María Blanchard y expertos en su obra.
María Blanchard nació en 1881 en Santander, en la calle de Santa Lucía, trasladándose de muy joven a París, en donde falleció y donde se encuentra enterrada por deseo expreso de la pintora, que siempre se lamentó de la indiferencia con que fue tratada en su país. En su época parisiense, las más fructífera e interesante artísticamente, mantuvo excelentes relaciones con el movimiento cubista y especialmente con Juan Gris: con el que, al parecer, pintó varios cuadros conjuntamente.
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