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Todos los partidos de la coalición gubernamental italiana apoyan a Spadolini

Juan Arias

Giovanni Spadolini, presidente del Gobierno italiano, consiguió sortear una crisis gubernamental que se presentaba muy seria y que podría haber implicado la celebración de elecciones anticipadas. Ayer los cinco partidos de la coalición gubernamental suscribieron un documento conjunto de apoyo al jefe del Gobierno. Todo ello lo logró Spadolini el jueves con un discurso ante el Parlamento que sorprendió a todos.

En primer lugar, a sus adversarios, que le consideraban un político de goma, mediador y siempre conciliador, el presidente republicano respondió con una intervención de hierro: dura, severa y clara, que fue muy aplaudida por las fuerzas laicas y socialistas y un poco menos por la Democracia Cristiana.Spadolini no intentó quedarse como presidente a cualquier precio, como es la triste costumbre política italiana de corte democristiano. Dijo, más bien, cuáles son las condiciones irrenunciables para seguir en su puesto. Y la primera, para él, es que los ministros que no aceptan la colegialidad de las decisiones adoptadas por mayoría -sean éstos democristianos o socialistas- deben retirarse y no pelearse entre ellos

No hizo caso a la Democracia Cristiana, que le había pedido que fuera blando con la Confindustria y el Intersind, dos confederaciones empresariales, privada y pública, respectivamente, que habían decidido no aceptar ya el mecanismo de la escala móvil que aumenta automáticamente el sueldo de los trabajadores. Este es hoy el gran caballo de batalla de los sindicatos. Por el contrario, Spadolini acusó a estas confederaciones patronales de haberse equivocado; les pidió que se vuelvan atrás en sus decisiones y que acepten la política del Gobierno, sobre todo la empresa pública. El presidente del Gobierno afirmó que en un momento tan grave para la economía nacional no es posible permitirse el lujo de "intensificar los conflictos sociales". Ahora es más necesario que nunca, dijo, un esfuerzo de todos para resolver la crisis. "Y sólo así, es decir, juntos Gobierno, empresa y sindicatos, se puede abrir una página nueva", agregó.

Spadolini afirmó también que es hora de que en Italia el Estado recupere su autonomía y su soberanía en el campo económico, fiscal y financiero. Y pidió más autoridad para el presidente del Gobierno, "que debe tener el poder", dijo, "de cambiar algunos ministros sin provocar una crisis".

Prácticamente, como han afirmado los comentaristas, empezando por Il Manifesto, que titula su editorial "Las virtudes de Spadolini", el presidente del Gobierno ha dejado la responsabilidad de la crisis, en caso de que se reabra, en manos de la Demócracia Cristiana. Ahora se deberá votar. Pero ayer estaban todos seguros de que Spadolini seguirá al frente del Gobierno con mayor autoridad que antes.

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