Calvo Sotelo invocó presiones fácticas para negarse a proponer a Adolfo Suárez como presidente de UCD
En la última reunión de la trilateral, celebrada la noche del pasado lunes día 5, Leopoldo Calvo Sotelo Invocó presiones exteriores a UCD, de procedencia fáctica, para negarse a proponer ante el Comité Ejecutivo centrista a Adolfo Suárez para la presidencia del partido. Observadores independientes y medios políticos vinculados a diversas fuerzas consideran que Landelino Lavilla tiene un estrecho margen para dar su aceptación en la reunión del Ejecutivo centrista, que ha sido convocado para las diez horas de la mañana de hoy.
Según la versión que con diferentes testimonios ha podido reconstruir EL PAIS, Adolfo Suárez acudió al domicilio del presidente del Congreso en la noche del lunes, una vez concluida la retransmisión del partido de fútbol por televisión. Allí argumentó a sus interlocutores que eran ellos quienes le habían requerido por considerarle imprescindible para la regeneración de UCD y que su aceptación solo tendría sentido si se le ofrecían las condiciones adecuadas para llevar a cabo tan ardua tarea.Esas condiciones, a su entender, comprendían la asunción de la presidencia del partido con suficientes poderes. Suárez explicó que, como vicepresidente del partido, debería figurar Landelino Lavilla y que la formulación de estos acuerdos ante el Comité Ejecutivo y el Consejo Político debería necesariamente ser presentada como propuesta propia por el hasta ahora presidente de UCD, Leopoldo Calvo Sotelo.
Calvo Sotelo, de acuerdo con los vetos fácticos
Calvo Sotelo invocó entonces la existencia de invencibles presiones, externas a UCD, originadas en algunos sectores de los poderes fácticos, que le impedían avalar una propuesta de ese género ante los órganos del partido ya convocados.
-"Adolfo, fuertes presiones de señores muy importantes con algún banquero incluido se oponen a tu regreso a la presidencia de UCD", habría dicho en esa ocasión Calvo Sotelo.
-"Yo me voy, nada tengo que hacer en un partido que se somete a esos vetos ajenos", se asegura que vino a ser la respuesta fulminante de Suárez, que se ausentó dejando a solas y en silencio a sus interlocutores.
En la tarde de ayer se contemplaban distintas hipótesis de desarrollo en la crisis de UCD. La primera es que tras el plazo de meditación que se le ha concedido, Landelino Lavilla no acepte la presidencia que se le ha propuesto por entender que no cuenta con los apoyos precisos o que se le niegan los poderes requeridos. En todo caso, lo que se da por seguro es que la intervención previa al no o al sí será una pieza de indiscutible pulcritud y brillantez.
Suárez, ante sus responsabilidades
En ese caso, se cree saber que el ministro del Interior, Juan José Rosón, se proclamaría candidato. Francotiradores suaristas intentarían entonces presentar con el aval de cien firmas la candidatura de Adolfo Suárez. Si una votación suficientemente crecida respaldara la propuesta, según estiman sus promotores, el expresidente tendría que evaluar sus responsabilidades.
La aceptación de Landelino Lavilla en la sesión del Comité Ejecutivo de hoy tendría diversas consecuencias según que Adolfo Suárez optara por retirarse silencioso, permanecer durmiente en UCD o promover un nuevo partido de centro con el que concurrir a las elecciones.
Las particularidades de la Ley electoral vigente presentan una grave dificultad a estos últimos propósitos, habida cuenta que hay veintinueve circunscripciones provinciales a las que, según las proporciones demográficas establecidas, corresponden menos de seis diputados. Los cálculos de algunos expertos predicen la casi imposibilidad para un partido de las características del que podría impulsar el expresidente de obtener actas de diputados en esas demarcaciones, donde sin embargo su presentación podría mermar los resultados del PSOE.
Algunos de los hombres más incondicionales de Adolfo Suárez en el Comité Ejecutivo, como Agustín Rodríguez Sahagún, Rafael Calvo Ortega y Jesús Viana, consideraban ayer la posibilidad de no acudir a la reunión de esta mañana. Otros como el ministro Rafael Arias Salgado o Fernando Abril, separados en ocasiones del expresidente por divergencias tácticas, han adelantado que el desembarco de Landelin Lavilla no es suficiente para alcanzar la regeneración de UCD.
A su entender, la nueva presidencia de Landelino Lavilla, para tener sentido, debe ir acompañada del establecimiento de unos perfiles coherentes de Gobierno. Sería necesaria la sustitución al menos de los titulares de Defensa, Interior, Educación, Industria y Transportes. Los tres primeros -Alberto Oliart, Juan José Rosón y Federico Mayor- por exigencias de credibilidad, especialmente necesaria en vísperas electorales; los dos últimos -Ignacio Bayón y José Luis Alvárez- porque resultan insostenibles en el gabinete después de los compromisos que ya tienen cerrados con la Alianza Popular de Manuel Fraga. Además, la andadura de Landelino Lavilla sólo sería inteligible si lograra la incorporación de Suárez para completar el liderazgo.
Nuevo partido de centro
Si, como todo hace suponer, el líder histórico y fundador de UCD opta por crear un nuevo partido de centro, muchos de los hombres que se han proclamado cercanos a él se verán en un fuerte compromiso personal. Algunos adelantan ya su decisión de retirarse por algún tiempo de la vida pública.
Adolfo Suárez vive un momento de fuerte tensión moral, sometido a presiones y solicitaciones encontradas. Invoca para tomar sus decisiones las responsabilidades y compromisos que afirma tener contraidos con el pueblo español, incluso por encima de las que le atan a UCD y a sus militantes. Le obsesiona que esta etapa no sea un breve paréntesis entre dos autoritarismos y está decidido a prestar toda la contribución posible para asegurar la primacía del poder político nacido de la votación popular en las urnas frente a las acechanzas de los fácticos siempre propensos a volver a las andadas y a secuestrar la soberanía nacional.
El cuadro de alianzas de este nuevo partido de carácter populista, que bien pudiera llamarse Centro Democrático Social (CDS), girará siempre en tomo a quienes se comprometan activamente con la constitución y con las libertades públicas. Su financiación no será fácil pero tampoco imposible y alguno de los siete grandes bancos ya ha enviado mensajes de buena voluntad.
En cuanto a Leopoldo Calvo Sotelo, algunos observadores prevén que iniciará una etapa de despegue del partido que hasta ahora ha presidido y que intentará repetir la operación que amparó desde su despacho de la Unión de Explosivos Riotinto en vísperas de las elecciones de 1977, cuando se forjó la coalición de UCD.
Según estos cálculos, Calvo Sotelo, haciendo acopio de autoridad, convocará a finales de septiembre en la Moncloa a Landelino Lavilla, Oscar Alzaga, Antonio Garrigues y Manuel Fraga para proponerles un frente que cierre el paso a la victoria socialista que todos los sondeos pronostican.
Un CaIvo Sotelo no puede terminar entregando el poder a los socialistas. Ese parece ser el lema que preside todos sus comportamientos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.