Tierno y Aranguren, premios de Ciencias Sociales Giner de los Ríos

Enrique Tierno, alcalde de Madrid, y José Luis López Aranguren fueron galardonados ayer con el premio de Ciencias Sociales Giner de los Ríos, dotado con un millón de pesetas, que otorga por vez primera la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), con motivo de su cincuenta aniversario, en colaboración con la fundación Giner de los Ríos.

El jurado estaba compuesto por Justino de Azcárate, Javier Muguerza, Carlos Moya, Elías Díaz, Luis González Seara, Manuel Medina y José Vidal Beneyto. El fallo se alcanzó por unanimidad, en atención a los méritos de la obra, la aportación a la universidad y a la cultura española de los dos premiados.El profesor Aranguren (Avila, 1909) es catedrático jubilado de Etica y Sociología, ha profesado en universidades norteamericanas y ha escrito numerosas obras, entre las que se encuentran Catolicismo y protestantismo como formas de existencia y Etica y política. Colaborador permanente de la UIMP, este año dirigirá un seminario sobre semiótica titulado Análisis del discurso. Al tener conocimiento de la concesión del premio anunció que renunciaría al dinero con que está dotado y trataría de buscarle un buen destino.

Enrique Tierno (Madrid, 1918) fue catedrático de Derecho Político, primero en Murcia y luego en Salamanca, donde fundó el Boletín de la Cátedra de Derecho Político, que se convirtió en un importante instrumento para la difusión de las ideas europeistas en la España de los años 50. Después de fundar y presidir el Partido Socialista Popular, fue elegido alcalde de Madrid en las primeras elecciones municipales libres, como candidato del Partido Socialista.

Tierno y Aranguren cuentan con un dato biográfico común. Sufrieron, en 1965, la separación de sus cátedras, como consecuencia de su apoyo a las manifestaciones democráticas de los estudiantes.

El alcalde de Madrid manifestó ayer que el premio que se le ha concedido "se debe más a la bondad de los amigos que a mis merecimientos". Confesó sentirse "muy a gusto" en compañía de Aranguren y consideró "una prueba del absoluto clima de convivencia que se ha alcanzado en España el hecho de que el jurado, presidido por Justino Azcárate, exiliado durante largos años, hubiera coincidido en premiar a dos personas que desarrollaron la parte fundamental de su trabajo en el interior del país durante la dictadura.