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Comienzan a declarar los familiares de las víctimas del 'caso Almería'

Con la declaración del sargento Antonio González Hueso, destinado en el servicio de información de la comandancia de la Guardia Civil de Almería, terminó ayer por la mañana la prueba testifical de los ocho guardias llamados por el ministerio fiscal para ser interrogados sobre los hechos que se juzgan en el denominado caso Almería.

El sargento González Hueso aseguró, a preguntas del fiscal, que en la comitiva que hizo el viaje a Roquetas, supuestamente en busca de las bolsas que uno de los jóvenes detenidos habría afirmado que dejó allí abandonadas, los guardias no iban provistos de metralletas, a pesar de que, de acuerdo con su propia versión, ya suponían que se trataba de terroristas.La narración de estas circunstancias contrasta con las precauciones extremas adoptadas en la preparación de la caravana que se dirigió luego hacia Madrid. También declaró González Hueso haber oído voces lejanas, pero no puede precisar si tenían alguna relación con gritos de dolor o eran mas bien de carácter imperativo.

A la pregunta de la acusación particular sobre qué medios tenían para comprobar la veracidad de la documentación de los detenidos, el sargento evadió la respuesta y dijo que de estos casos no tenía experiencia.

Declara el padre de Juan Mañas

La declaración transcurrió entre continuas contradicciones respecto a las declaraciones anteriores del testigo, recogidas en el sumario. González Hueso, por ejemplo, afirmó que las fotos que él vio se correspondían con las de Luis Cobo, Luis Montero y Juan Mañas. Negó que en algún momento supiese que aquellas fotos de los tres detenidos se correspondiesen con las de Beraciartúa, Goyenetxea y Mazusta.En la sesión de la vista oral que se celebró por tarde, comenzó la prueba de los testigos llamados por la acusación particular. La declaración de Juan Mañas, padre del fallecido del mismo nombre, suscitó un momento de emoción perceptible en la sala. Después de enumerar los lugares en que estuvieron los tres jóvenes que más tarde serían detenidos, aseguró que su hijo se dirigía a Almería para celebrar la primera comunión de su hermano menor. El detalle de mayor importancia que puede deducirse de su testimonio, quizá, es la afirmación tajante de que su hijo, Juan Mañas, llevaba encima el Documento Nacional de Identidad, el carné laboral de Renfe y 45.000 pesetas en efectivo.

Juan Mañas padre, visiblemente alterado por la emoción, contestó a una pregunta de la defensa sobre la distribución de los dormitorios en el piso que habita la familia, momento en que se produjo un incidente que cortó rápidamente el presidente del tribunal.

Otra afirmación rotunda del padre del fallecido es que su hijo "jamás había tenido, antes de los sucesos de Almería, problema alguno con la justicia".

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