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Entrevista:

Ricardo Bofill regresa a la arquitectura clásica mediterránea "para recuperar mi propia identidad"

Su equipo ha realizado un plan especial para el cauce del río Turia en Valencia

El arquitecto catalán Ricardo Bofill es el director de Taller de Arquitectura, el equipo que ha realizado el proyecto del plan especial para el antiguo cauce del río Turia a su paso por Valencia. Se trata de un enorme parque, con una extensión de un millón y medio de metros cuadrados a lo largo de ocho kilómetros, que el río casi había abandonado al haberse creado un nuevo cauce en función del Plan Sur que data del año 1961, elaborado para proteger a la ciudad de las posibles inundaciones. El jardín del Turia que ha hecho el arquitecto Bofill responde a su actual idea de la arquitectura, vinculada a los modelos clásicos mediterráneos, con el hombre como medida central. La forma de hacer arquitectura a sus cuarenta años es, según él mismo dice en esta entrevista, "una vuelta a mi propia identidad, que es una identidad mediterránea", desde una óptica posmoderna, frente a los movimientos arquitectónicos de los últimos cincuenta años.

Pregunta. ¿Hasta qué punto el jardín del Turia es un jardín clásico?

Respuesta. Yo le quería llamar "Ios jardines clásicos del Turia", porque la idea es hacer un jardín que esté más allá de la moda. Cuando el material de trabajo fundamental son los árboles hay que saltarse los procesos de la moda. Se pretende hacer un proceso en el que participen otros arquitectos, y para ello es necesario dar una estructura fuerte con espacios en su interior, que pueden ser realizados luego libremente. Se trata de una estructura fuerte y, por tanto, de clasicismo.

P. El proyecto tiene además un templete clásico como final del último tramo y un umbráculo con columnas y frontones clásicos que no dejan lugar a dudas sobre las referencias históricas.

R. Es, efectivamente, un homenaje a la arquitectura clásica. La columnata en forma de umbráculo en uno de los centros de la composición, que estará recubierta de plantas de forma que dé una luz muy agradable, similar a la que se tiene debajo de un emparrado. El templete que está al final, a la entrada del puerto, era un elemento que necesitábamos para que terminase de alguna forma el paseo, y sigue también los modelos de la arquitectura clásica.

'Para la arquitectura, ser mediterráneo es muy útil'

P. ¿Por qué precisamente la arquitectura clásica?

R. Para mí supone muchas cosas. Es. en primer lugar, una defensa de nuestra propia identidad. Después de haber conocido la mayoría de las culturas que existen en la Tierra y haber estudiado sus distintas arquitecturas, a los cuarenta años es una vuelta a mi propia identidad, que es una identidad mediterránea. Tengo la suerte de ser catalán, de haber nacido junto al Mediterráneo y tener una madre italiana. Para la arquitectura, ser mediterráneo es muy útil, porque supone ser hijo de la cultura arquitectónica más importante del mundo. Yo he trabajado también, por ejemplo, en los países islámicos haciendo una arquitectura parecida a la de esos países, con elementos de allí, y me he equivocado. Ahora estoy decidido a hacer una arquitectura basada fundamentalmente en la que va desde los templos griegos al Renacimiento italiano.

P. Una arquitectura alejada de modelos populares.

R. Efectivamente, he dejado de hacer arquitectura populista para hacer arquitectura de arquitecto. Aquélla, la que hacía antes, era resultado de la influencia de modelos populares, una arquitectura de no arquitecto. Lo hice, sobre todo, al principio. Cuando era pequeño yo estaba en España, y lo que me gustaba era la arquitectura popular, la arquitectura regional española: la masía catalana, la casa ibicenca, la barraca, la arquitectura popular andaluza o gallega. Hice todo un recorrido arquitectónico hacia el Sur para estudiar la de Ibiza, Almería, Marruecos, el Atlas y la de detrás del Atlas, pues es de allí de donde: sale la arquitectura popular mediterránea.

P. ¿Cómo se produce en usted el cambio de actitud frente a la arquitectura popular?

R. Lo que ocurre es que después del llamado milagro español, esta arquitectura popular prácticamente se destruye, deja de existir. Y al hacer un repaso de lo que he hecho observo que ha sido favorecer un cierto populismo debido a una mala conciencia de Arquitecto, con A mayúscula, orientada a hacer una arquitectura para el pueblo. Después de este viaje, de haber conocido diferentes arquitecturas, se ha producido una reafirmación del carácter mediterráneo, de la arquitectura de Arquitecto. Observo que me gusta más una plaza de Bernini o un edificio de Palladio que una masía catalana. Y eso va ligado a una idea del clasicismo en torno al Mediterráneo de la que otras culturas están tremendamente celosas. Hay que tener en cuenta que ser clásico en California es de una enorme dificultad; serlo en Valencia, es fácil.

'El hombre está en el centro del sistema'

P. El hombre, como medida de todas las cosas.

R. Sí, el hombre en el centro del sistema. Esto es algo que la arquitectura debe respetar. Y al mismo tiempo hay que tener en cuenta que los valores tecnológicos en el hombre posmoderno son algo que éste debe dominar y no ser dominado por ellos. Para eso hace falta una arquitectura que utilice la tecnología, pero que no esté fascinada y dominada por ella.

P. Volviendo concretamente al jardín del Turia, no parece que en los últimos tiempos se hayan hecho jardines sobre modelos clásicos.

R. Durante muchos años se han hecho jardines ingleses. Los ingleses, así como han sido poco creativos en la arquitectura propiamente dicha -se dice de ellos que la copiaban de Italia y la hacían funcionar en Inglaterra-, en el jardín sí han creado un modelo importante, aunque las malas lenguas dicen que lo copiaron de los chinos. Se basan en construir en pequeño un trozo de campo inglés. Pero al plantearme qué tipo de jardín había que hacer en Valencia, pensé que no se podía hacer un jardín inglés, como Hyde Park; ni francés, como Versalles; ni árabe, como el Generalife. El jardín del Turia está diseñado como si fuese un palacio; es un jardín que diseña un trozo de ciudad, pero, en lugar de con cxsas y paredes, con árboles, con vegetación. Por eso está la idea geométrica que da soporte al proyecto y las especies que se han de utilizar. Decidimos emplear las que se dan en los alrededores de la ciudad. El campo de alrededor es muy bonito y hay especies suficientes como para hacer un jardín del lugar y mediterráneo o clásico.

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