Rápida tramitación del proyecto del IVA en el Pleno del Congreso
En negociaciones de pasillo, el grupo parlamentario de UCD en el Congreso consiguió ayer acuerdos con el PSOE y varias minorías para la rápida aprobación del proyecto de ley del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Después de varias horas de forcejeo político entre el grupo centrista y la oposición -partidaria de entrar primero en las proposiciones no de ley que entrañan control del Gobierno- el debate del IVA empezó poco antes de las ocho de la tarde.
La existencia de acuerdos fue confirmada en medios centristas, socialistas y del PNV. Por UCD, José Manuel García Margallo, secretario general del grupo, declaró a este periódico, minutos antes de empezar el debate, que, de acuerdo con las manifestaciones mantenidas con otros grupos, la discusión iba a ser breve. Según él, no podían existir muchas discrepancias en la adaptación a las normas comunitarias, y las registradas sobre otros aspectos se han solventado.Igualmente, el ministro de Hacienda, Jaime García Añoveros, y el subdirector general de Tributos, apuntaron que el proyecto iba a ser aprobado con rapidez. El primero había llegado a comentar un diputado socialista, que en los retrasos parecía haber brujas, como en el partido de fútbol Camerún-Perú.
El citado impuesto es exigido en el Mercado Común, para que las políticas fiscales de cada país no desdibujen el efecto de la unión aduanera. El primer proyecto fue enviado a las Cortes el 14 de abril de 1978, y sustituido hace un año por el texto actual, más ajustado a las directrices comunitarias. El IVA será el pilar básico de la imposición indirecta, como hoy el de la renta lo es de la directa. Se espera que su recaudación anual supere el billón de pesetas, para lo cual absorberá los impuestos de tráfico de empresas, lujo, especial de bebidas refrescantes, compensación de gravámenes interiores y una parte de rentas de aduanas, además de ser más amplio y eficaz que alguno de los anteriores.
"Soberanía española"
Pese a dichos acuerdos, hay todavía voces partidarias de ejercer "la soberanía española" en esta materia, según la expresión atribuida a una de ellas. Se trata del portavoz de Coalición Democrática, Alfonso Osorio, quien -aspira así a recoger los planteamientos empresariales más duros, inclinados a no ceder y no dar al IVA por aprobado ante la Comunidad Económica Europea, para guardarse más bazas negociadoras.
Desde similar perspectiva, la Minoría Catalana, que en el año de trámite parlamentario del proyecto se ha mostrado tan activa en las enmiendas como UCD y PCE, mantiene su apoyo a Alianza Popular en una enmienda para que el Gobierno se comprometa a especificar en la ley la sustitución de aportaciones empresariales a la Seguridad Social por la nueva presión fiscal que genere el impuesto. Pero esto, como otras enmiendas de los catalanes orientadas a desgravar la hostelería y el turismo, han sido marginadas en los acuerdos que promovió UCD.
Los acuerdos de UCD, PSOE y minorías, empezaron a ponerse de relieve en el Pleno a las 8.15 de la tarde, tras el discurso de presentación del ministro de Hacienda, cuando una enmienda transacional de Ernest Lluch al artículo segundo fue aceptada por los dos grupos mayoritarios y el PNV. Consisitía en declarar exigible el IVA en todo el territorio español, sin perjuicio de los regímenes tributarios de concierto autonómico o convenio y de los tratados o convenios internacionales.
Los tipos del nuevo impuesto, que recaerá el final sobre el consumidor, pero que se aplica al valor añadido en cada escalón de la producción de bienes y servicios, serán del 4% para los bienes sociales, (productos agrícolas, viviendas protegidas, libros, enseñanza, etcétera), 11% para los ordinarios (supondrán más de la mitad del consumo total español) y 22% para los consumos suntuarios (en general, los ahora gravados por lujo, sin incluir electrodomésticos y adornos caseros y discos).
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