10.000 civiles muertos, balance provisional de diez días de guerra
Beirut conoció ayer un compás de espera que el Ejército israelí utilizó para consolidar su cerco en torno a la capital y que palestinos y Gobierno libanés aprovecharon para intentar encontrar una salida política que por ahora no se vislumbra. 12 policía libanesa publicó, por su parte, un balance de los diez días de guerra, que se eleva a 9.583 civiles muertos y 16.608 heridos.
Tras el fracaso de la constitución de un Comité de Salvación Nacional integrado por los representantes de las principales fuerzas políticas -Walid Joumblatt, líder de la izquierda nacionalista libanesa, se negó a participar en él-, el presidente Elias Sarkis ha formulado por su cuenta algunas propuestas, a las que embajador norteamericano en Beirut, Robert Dillon, se apresuró a dar su apoyo.Además de desarrollar intensos esfuerzos diplomáticos para evitar "la batalla de Beirut" entre el Ejército israelí y la Organización de Liberación de Palestina (OLP), Sarkis preconiza, según la Prensa, la consolidación del alto el fuego, la paralización de la progresión israelí y la creación de una fuerza internacional que se desplegaría en las regiones conflictivas, "tras la retirada de todas las fuerzas extranjeras", fórmula que incluye a sirios, palestinos e israelíes. Su plan coincide ampliamente con los proyectos de las fuerzas cristianas y con los de Tel Aviv.
Los combates ayer al sur y sureste de la capital fueron escasos y sólo se utilizaron armas ligeras, por lo que varios periodistas pudieron visitar detenidamente las posiciones palestinas y comprobar que, en contra de lo anunciado por Tel Aviv, el aeropuerto no ha caído y sigue estando controlado por la gendarmería libanesa, aunque permanece cerrado.
A pesar de que el Ejército israelí haya desmentido en repetidas ocasiones su intención de entrar en el sector occidental de Beirut, donde permanecen aún 700.000 personas, los observadores consideran probable que intente conquistar los tres grandes campamentos de refugiados de Burj El Burajne, Chatila y Sabra, pegados a la capital, pero que no dependen de su Ayuntamiento.
Para defender los campamen tos, ahora prácticamente vacíos tras la huida de sus 150.000 refugiados, los 6.000 fedayin aún en armas disponen sólo prácticamente de armas ligeras, al haber sido destruida casi toda su artillería, frente a los 338 carros de combate que Israel ha concentrado en la noche del lunes al martes en torn a Beirut, según el diario An Nahar el más fidedigno de los rotativos de la capital.
Los milicianos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) combaten ahora solos, según confirmó un responsable de un puesto avanzado palestino, que mostró con desprecio a algunos soldados sirios permanentemente en reposo en un bosque cercano al aeropuerto. En algunos barrios palestinos han sido arrancados los carteles-retrato del presidente sirio Hafez el Assiad. También han desaparecido casi todos los combatientes libaneses, progresistas y chiitas, aliados de la OLP, e incluso algunos puestos palestinos de control en el mismo Beirut han sido abandonados.
En un intento de elevar la moral de sus combatientes, el líder de la OLP, Yasir Arafat, recorrió la línea del frente el lunes por la tarde y aseguró a sus milicianos "que ,ninguna fuerza en el mundo nos obligará a entregar las armas". Pero, como al parecer reconocieron en El Cairo los emisarios de la central palestina., que solicitaron una "mediación egipcia para encontrar una salida aceptable al cerco israelí de la capital", "la situación de los palestinos en Beirut es desesperada".
Para evitar una última matanza, el enviado del presidente norteamericano Ronald Reagan, Philip Habib, que mantuvo ayer encuentros al más alto nivel en Beirut, se esfuerza en conseguir prioritaria mente que Israel renuncie a tomar los campamentos palestinos, señalaron fuentes diplomáticas.
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