Creciente tensión en Portugal entre Pinto Balsemao, y el presidente Eanes

Con la investidura de los nuevos ministros de Educación, Trabajo y Relaciones Parlamentarias, y de seis secretarios subsecretarios de Estado se completó el sábado la remodelación del Gobierno portugués presidido por Francisco Pinto Balsemão.Fuertemente presionado por los partidos de oposición, socialista y comunista, que exigen la dimisión inmediata del primer ministro, el presidente Rarmalho Eanes se negó finalmente a aprovechar la oportunidad de la crisis ministerial para abrir un proceso que llevará inevitablemente a elecciones generales anticipadas.

En su discurso, conmemorativo de la fiesta nacional portuguesa, celebrada el pasado 10 de junio, el jefe del Estado llamó insistentemente al consenso y al diálogo, advirtiendo a los partidos políticos de la gravedad de la situación económica portuguesa y el divorcio creciente entre la clase política y el pueblo.

Criticado por la derecha y por la izquierda, Eanes volvió a explicar el sábado su actitud.

Criticó en términos severos la oportunidad y la utilidad de los cambios realizados en el ejecutivo, cuestionó la capacidad del Gabinete, en su conjunto, de resolver los problemas nacionales, pero se negó a asumir la responsabilidad de una crisis política en el momento en que en el Parlamento se inicia la fase final del debate de la ley de revisión constitucional.

Las críticas presidenciales han sido mal acogidas por el primer ministro, que escogió un procedimiento poco habitual para responder al discurso de Ramalho Eanes: no habló en la ceremonia del sábado y la misma noche se dirigió directamente al país a través de la radio y de la televisión.

Para Pinto Balsemão la revisión constitucional que retirará al presidente de la República cualquier poder de intervención en la vida política nacional es ya un hecho consumado, gracias al acuerdo establecido con el partido socialista.

Con palabras de extrema dureza, el presidente del Gobierno reivindicó para sí los "plenos poderes" que resultan de la mayoría absoluta de Alianza. Democrática en el Parlamento y del "contrato de legislatura" suscrito por el electorado portugués en 1980. Exigió del presidente el respeto a la mayoría electoral y le acusó de perjudicar los intereses nacionales.