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La debilidad del franco francés provoca el tercer reajuste del Sistema Monetario Europeo en ocho meses

Soledad Gallego-Díaz

El Sistema Monetario Europeo (SME) sufrió ayer su tercer reajuste en menos de nueve meses. En esta ocasión fue la debilidad del franco francés en el mercado internacional de divisas la que llevó a los ministros de Finanzas de los ocho países comunitarios integrados en el SME (todos, excepto el Reino Unido y Grecia) a reunirse urgentemente en Bruselas y aceptar, tras siete horas de discusión, un reajuste que afectó a cuatro monedas: dos devalúan (el franco francés en un 5,75%, y la lira italiana, en un 2,75%), y dos revalúan (el marco alemán y el florín holandés, ambas en un 4,25%). Las restantes monedas (franco belga-luxemburgués, corona danesa y libra irlandesa) no experimentan variaciones.

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El ministro francés de Finanzas, Jacques Delors, se declaró satisfecho del acuerdo logrado, que permite establecer una diferencia de diez puntos entre el marco alemán y el franco.Las primeras noticias sobre la inmediata devaluación del franco francés fueron conocidas en la noche del viernes al sábado, al convocarse urgentemente el Comité Monetario Europeo, que reúne a los directores de las bancas nacionales de los países miembros del SME. Los ministros, por su parte, se reunieron pasadas las cuatro de la tarde, en medio de una discreción absoluta. Los reajustes monetarios se producen siempre en fin de semana para evitar intentos especulativos en las bolsas.

Hemorragia de divisas

Según los observadores, la devaluación del franco ha sido precipitada por la aprobación del presupuesto norteamericano, que lanzó a los especuladores sobre el marco alemán y provocó una hemorragia insoportable de divisas en la banca nacional francesa. El viernes por la tarde, el franco se encontraba en el nivel más bajo del SME, mientras el marco estaba en el más alto. El SME fue ideado en marzo de 1973 para lograr relaciones estables entre las monedas europeas, permitiendo únicamente diferencias del 2,25% salvo en el caso de la lira, que está autorizada a fluctuar en un 6%.

Fuentes oficiosas francesas indicaron inicialmente que París deseaba lograr una diferencia entre el franco y el marco de unos trece puntos, pero eso hubiera exigido una revaluación demasiado fuerte del marco, a lo que se negó el ministro alemán de Finanzas, Mandred Lahnstein, porque perjudicaba sus exportaciones. Lahnstein se declaró, sin embargo, dispuesto a ayudar a Francia, y al aceptar la revaluación del 4,25% arrastró al florín holandés, la segunda moneda más fuerte de la CEE.

La devaluación de la lira era prácticamente obligatoria si el franco devaluaba más del 5%, como ocurrió, pero Roma ha logrado mantenerse por debajo del 3%. El franco belga-luxemburgués ha conseguido resistir las presiones para que se uniera el grupo devaluador. El ministro belga de Finanzas, el liberal Willy de Clercq, anunció a su llegada que no aceptaría ningún cambio de paridad porque el franco belga fue devaluado el pasado mes de febrero en un 8,5%. Dado que existe desde principios de siglo un acuerdo monetario bilateral entre Bélgica y Luxemburgo, el Gran Ducado se vio obligado a devaluar su moneda, pese a que no era necesario para su economía, y en esta ocasión se negó en rotundo a devaluar.

El reajuste monetario realizado ayer es el sexto en la historia del sistema monetario europeo y el tercero en menos de nueve meses. Las altas tasas de interés norteamericano provocaron el pasado mes de octubre una revaluación del marco y el florín del 5,5% y una devaluación del franco francés y la lira italiana del 3,5%. Cuatro meses más tarde fueron la corona danesa y el franco belga quienes corrieron la misma suerte y devaluaron, respectivamente, en un 3% y un 8,5%.

Delors afirmó que esta nueva devaluación permitiría al Gobierno socialista francés iniciar la segunda etapa de su programa social y económico, y señaló que aunque Francia obtiene menores resultados que sus colegas en la lucha contra la inflación, los resultados son, por el contrario, mucho mejores en la lucha contra el paro.

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