Las limitaciones de Alwin Nikolais
Nikolais Dance Theatre (segundo programa).Sanctum, Trío de vodevil, Count down 1979, The mecanical organ I, 1980. Coreografía, música escenografía y dirección: Alwin Nikolais.
Sala Olimpia. Viernes, 4 de junio 1982.
Ninguna sorpresa en el segundo programa de la compañía de Alwin Nikolais; todo resultaba ya familiar después de haber visto el primero.
Abriendo programa, dos piezas cortas con "efecto": Sanctum, en que los bailarines evolucionan dentro de una tela elástica que borra su forma y confunde el movimiento, y Trío de vodevil, a base de faldas sujetas con aros de diametro creciente. En ambos casos queda la impresión de que Nikolais no ha querido ir más allá de la ocurrencia inicial o quizá de que es el propio concepto de desarrollo lo que se le escapa.
Además, estas dos coreografías -de 1964 y 1965, respectivamente- delatan claramente su edad y su relación con cierta estética ingenua de la época muy maltrecha desde entonces.
Empacho
Por otra parte, la música del propio Nikolais -compuesta, según él mismo afirma, "a partir de los elementos coreográficos"- sirve básicamente para acentuar, hasta el empacho, los movimientos, y subraya, quizá sin proponérselo, los aspectos más superficiales de la coreografía.
El resto del programa es más reciente y tiene más interés porque revela una evolución en el estilo de Nikolais; el cuerpo humano y, por tanto, la danza, parecen ir cobrando importancia para el coreógrafo mientras se van dejando de lado los trucos visuales y los instrumentos deformantes. Aunque en Countdown 1979 aún hay cilindros protagonistas y el tema parece referirse a la cuenta atrás en el despegue de cohetes espaciales, se respira ya una atmósfera más descargada de tecnología pop, que en The mechanical organ I, 1980 -cuya segunda versión se vio curiosamente en el primer programa- se confirma, con momentos de cierta belleza, dentro de una técnica muy apoyada en la contorsión y la desarticulación del movimiento y que cobra alguna fuerza en los ademanes realizados sin desplazamiento, como el dúo que Hintz y Otte interpretan prácticamente sentados. La música, seleccionada por Nikolais a partir de improvisaciones del David Darling Ensemble, resulta algo más llevadera.
Público joven
Los aplausos entusiásticos que han acogido cada noche al Nikolais Dance Theatre parecen indicar una curiosidad y una interés creciente por todas las manifestaciones de la danza moderna entre el público joven, más que una aceptación global de la obra de este coreógrafo que, ocupando, sin dudar, un lugar señalado en el panorama contemporáneo norteamericano, tiene, como se ha podido comprobar en Madrid, una proyección y una envergadura limitadas.
La estancia en España del Nikolais Dance Theatre se ha limitado a los dos programas presentados en la Sala Olimpia, donde esta temporada ha programado un festival internacional de danza. El propio Nikolais explicó en una conferencia sus métodos de trabajo.
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