París vetará el debate sobre los créditos a la exportación

El Gobierno socialista francés se opondrá hoy a que se incluya en la agenda de la cumbre occidental de Versalles el problema de la subida de los tipos de los créditos a la exportación, tal como desea el presidente Reagan dentro de su estrategia de endurecer las relaciones económicas entre el bloque occidental y el socialista.Fuentes fidedignas francesas dejaron entrever ayer que el presidente Mitterrand considera el problema de los créditos a la exportación como un asunto de "interés nacional" para cada país, y, por tanto, la cumbre no debe inmiscuirse en cuestiones de este tipo.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Claude Cheysson, ha vetado en el seno de la OCDE una propuesta de consenso por la que los países occidentales elevarían en más de un punto (hasta un 21%) el tipo de interés que se cobra en la financiación a las exportaciones con destino a determinados países,

Esta propuesta rebajaba ligeramente las pretensiones de Washington de restringir los créditos a la exportación para los países del Este, ya que, según declaró ayer el propio Reagan, "estamos subsidiando con crédito barato" el desarrollo, tanto económico como armentista de los países del Este.

La insistencia norteamericana en el tema es evidente. Al proponer una subida en los tipos de la financiación al Este, lo que Washington busca es levantar más trabas y obstáculos a la construcción del gasoducto siberiano que permitirá la llegada a Europa del gas soviético. La Casa Blanca defiende aquí sus ventas de carbón a Europa, aunque dice que su objetivo es reducir la dependencia energética del viejo continente frente a la Unión Soviética.

El asunto de los créditos a la exportación perjudica también a España, país supuestamente interesado en la compra de gas soviético. En el caso de participar en la financión del gasoducto, España tendría que conceder créditos a la URSS al 11%, mientas que la RFA, por ejemplo, ya lo ha hecho al 8%, al haber cerrado sus contratos con anterioridad a la nueva política de la OCIDE al respecto (ya se han producido dos subidas en los tipos). Es previsible, en este sentido, que Moscú no acepte este tipo tan alto y fuerce a los países nuevos a subsidiar la diferencia.