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"La liberación de la mujer no se produce sólo porque ésta trabaje", según Cristina Almeida

"No creo que la liberación de la mujer se produzca sólo porque ésta trabaje. Así logrará independencia económica, pero sólo se liberará cuando tome conciencia de que es mujer. No hay que imponer un papel como un puesto de trabajo o un cargo político, sino la identidad en ese papel", dijo Cristina Almeida, abogada y ex concejala del Ayuntamiento de Madrid, en la jornada inaugural de la III Semana de la Mujer, que dio comienzo el lunes, organizada por el colectivo Mujer y Socialismo, del PSOE. Aunque el título de la primera mesa redonda fue Mujer y participación ciudadana y social, varias de las participantes intervinieron en términos muy generales, sin hacer hincapié en la incidencia de los problemas tratados con respecto a las mujeres.Cinco fueron las mujeres que intervinieron el lunes. Además de Cristina Almeida, estuvieron presentes la feminista Paloma González; Cristina Martín, vocal de la Junta Municipal de Tetuán; Juana Soriano, miembro de una asociación de padres de alumnos, y Piluca Fernández, secretaria de acción municipal de la Federación Socialista Madrileña.

Las exposiciones seguidas con mayor interés fueron las de Cristina Almeida y Paloma González. La primera se refirió a las mujeres profesionales y políticas, y dijo que "las profesionales nos hemos tenido que hacer un poco hombrecitos para poder salir adelante, y hemos perdido así parte de nuestra identidad. Nos han querido hacer de una forma tan determinada que hemos tenido que luchar contra ello en una sociedad que obstaculiza el acceso de la mujer a la profesión".

Para la ex concejala del Ayuntamiento de Madrid, expulsada del Partido Comunista de España, "cada vez nos alejamos más de los hombres, no porque nosotras nos estemos liberando, sino porque ellos no se cuestionan su identidad y se consideran liberados". Paloma González explicó que, aunque la mujer ha participado en la lucha contra el fascismo desde los años sesenta, es a partir de 1975, en unas jornadas de estudio, cuando se plantea el reto a la sociedad patriarcal y masculinizada. "Como esto suponía un enfrentamiento frontal, porque el sistema patriarcal se adapta a las nuevas sociedades emergentes y tampoco es abolido por las sociedades socialistas, las feministas hemos tenido que soportar una falta de credibilidad nacida de luchar contra corriente".

A juicio de Paloma González, en los años setenta el movimiento feminista estaba hipotecado a las fuerzas políticas, no tenía un asentamiento teórico y, carecía de una organización apropiada y de formas de lucha propia. "Otros movimientos, como el obrero o el ciudadano, han sido aceptados como emancipadores en sí mismos, pero porque coincidían con las estrategias de los partidos políticos, y el movimiento feminista, no.

"Los grupos oprimidos", dijo Paloma González, "sólo pueden ser liberados por sus, propios miembros. El socialismo resuelve papeletas importantes a las fuerzas de un país, pero no llega, por sí mismo y de forma automática, a emancipar a la mujer".

La III Semana de la Mujer fue inaugurada por Joaquín Leguina, secretario general de la Federación Socialista Madrileña, quien opinó también que "no se puede hacer el cambio de un grupo social más que desde ese grupo" y que en esa lucha "las mujeres contaréis con el apoyo del partido socialista". Leguina dijo que sería un error que el PSOE ignorara la realidad y las necesidades de cambió en España o que intentara "utilizar al movimiento femenino o feminista desde el punto de vista electoral. Deberíais impedir que esto suceda, porque eso lleva al voto, pero no a cambiar el papel de la mujer en esta sociedad".

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