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El Papa y los ingleses

Es natural que la primera visita a Gran Bretaña de un Papa reinante suscite cierta oposición, aun sin la imprevisible coincidencia de la guerra de las Malvinas con la católica Argentina. El anticatolicismo continúa siendo uno de los más grandes prejuicios de la sociedad británica, que hasta los más tolerantes consideran todavía como respetable. El Papa es bien recibido en Gran Bretaña por los no católicos como un activista internacional por la paz y la conciliación. No ha perdido la ocasión para defender una solución pacífica del conflicto del Atlántico sur. (...)Es, esencialmente, un conservador. No parece darse cuenta por completo de los cambios que está experimentando el mundo. Tampoco siente simpatía alguna por las nuevas corrientes de catolicismo radical de los movimientos reformistas y revolucionarios de América Latina en que le halla comprometida la jerarquía local católica. Pero, al menos, es un conservador moderno y una verdadera personalidad, no una figura decorativa. Su visita aquí ayudará a una Europa católica y reaccionaria, con pie todavía en el siglo XVI, reemplazándola por una mayor comprensión de la compleja realidad católica contemporánea. (...)

30 de mayo

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