Parte de la gran banca considera un 'error histórico' la campana de los empresarios andaluces
Los siete grandes de la banca celebraron una reunión el pasado miércoles en la sede de Banesto en la que, entre otros asuntos, abordaron el resultado de las pasadas elecciones andaluzas y la campaña realizada en dicha región por la Confederación de Empresarios Andaluces (CEA). Los banqueros eran prácticamente el único sector del mundo económico del que no se conocía opinión alguna sobre los últimos acontecimientos políticos, a exceptuar unas manifestaciones hechas el pasado lunes por José María Aguirre Gonzalo ante un grupo de periodistas en las que expresó que "don Felipe era el más inteligente". Fuentes cercanas a los siete grandes calificaron la campaña que han desarrollado los empresarios en las elecciones andaluzas como "un error histórico que va a costar mucho tiempo y dinero olvidar".
La reunión de los siete grandes es una de las habituales que con periodicidad mensual celebran los presidentes de los primeros bancos del país en la sede del Banco Español de Crédito. A ella asistieron José María Aguirre Gonzalo (Banesto), Alfonso Escámez (Central), Luis Usera (Hispano Americano), José Angel Sánchez Asiaín (Bilbao), Ángel Galíndez (Vizcaya), Emilio Botín (Santander) y el presidente de la Asociación Española de Banca, la patronal bancaria, Rafael Termes. Faltó a la cita Luis Valls Taberner, presidente del Banco Popular, de viaje por el Extremo Oriente durante los últimos días.El tema político fue abordado con la vista puesta en las próximas elecciones generales. Los banqueros expresaron su opinión respecto a lo ocurrido en Andalucía sin obsesionarse en los resultados. Para la mayoría de los presentes, la victoria del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no se puede extrapolar al resto del Estado, sino que forma parte de lo previsto en las últimas ocasiones en que los financieros estudiaron juntos los acontecimientos políticos. Este grupo opina que el proceso puede reconducirse y que a pesar de todos los pesares las elecciones generales las ganará la derecha sociológica en cualquiera de sus modalidades. La minoría bancaria en este tema se opuso a dicha interpretación opinando que Andalucía es más que un síntoma, es la expresión de una tendencia de voto que puede llevar al PSOE en poco tiempo a ser el interlocutor válido de la banca desde el palacio de la Moncloa.
Jamás se ha conocido el voto de los grandes banqueros en anteriores comicios. El único que enseñó su papeleta en los comicios de 1979 fue Rafael Termes, con las siglas de Unión de Centro Democrático (UCD) en su mano. Siendo Termes el representante de la banca en la cúpula patronal, es más que seguro que en la reunión en cuestión fue una de las personas que dedicó más interés a los resultados andaluces.
Otro de los temas abordados en la sede del Banesto, como en anteriores ocasiones, fue el análisis de la participación de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) en la política activa. La agresiva campaña desatada por los empresarios andaluces, ayudados por los máximos representantes de la cúpula de Madrid, Carlos Ferrer Salat y José María Cuevas, no ha sido bien recibida por los siete grandes, máxime cuando, haciendo gala de su tradicional pragmatismo, han entendido que dicha campaña ha tenido un resultado negativo y fortaleció la imagen de moderación de los socialistas.
La campaña empresarial
La postura oficial de la banca ante la estrategia de la CEOE ha consistido en no desautorizar nunca a los representantes orgánicos del empresariado español. Sin embargo, individualmente o como grupo, habrían expresado ya su malestar por el enfrentamiento global con el PSOE, del mismo modo que lo hicieron cuando Ferrer Salat, en septiembre pasado, leyó su discurso ante la asamblea general de la patronal pidiendo la movilización política de los empresarios. Dentro del grupo de los siete presidentes hay sin embargo una graduación en las críticas a la CEOE; desde quienes la califican de "impresentable", la minoría; hasta la de quienes adoptan una postura pasiva analizando que, al fin y al cabo, es la CEOE quien deteriora su imagen y no la banca.Por último hubo algunos que explicaron que los votos de Alianza Popular fueron debidos a la CEA.
Hay que recordar a este respecto la ronda de conversaciones que celebró Felipe González con casi todos los grandes banqueros (a excepción de José María Aguirre Gonzalo y Emilio Botín) pocos meses antes de los comicios andaluces para presentarles su programa y sobre todo las líneas generales de todo un modo de entender cómo gobernar.
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