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DECIMOTERCERA CORRIDA DE LA FERIA DE SAN ISIDRO

El presidente de la corrida propondrá la inhabilitación

Una vez concluido el festejo de ayer, el presidente de la corrida, comisario García Conde, nos manifestó que va a proponer a la autoridad superior la máxima sanción que prevé el reglamento taurino, para Curro Romero, por su inhibición como director de lidia, y para el picador que infringió las reglas de la suerte de varas en el cuarto toro. Esta máxima sanción es la inhabilitación.El comisario García Conde añadió que, en la misma propuesta, hará ver la inconveniencia de que Curro Romero toree en Madrid la corrida del próximo día 3, para la que está anunciado. En cambio, a pregunta de un redactor de este periódico, dijo que no procedía ordenar la prisión preventiva, como pedían, a gritos, numerosos espectadores.

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Cuando el mencionado diestro atravesó el túnel del patio de caballos, se encontró con cientos de personas en actitud furibunda, algunas de las cuales intentaban agredirle. En !a calle esperaban muchas más. Un cordón de policías le protegió, y por las galerías interiores del coso fueron conducidos, el espada y su cuadrilla, hasta las oficinas de la empresa.

Curro Romero se cambió allí de ropa y esperó a que la gente hubiera abandonado los alrededores de la plaza. A las 22,15 horas la cuadrilla embarcó en dos automóviles, en los que fue conducida al hotel. Pocos minutos más tarde aparecía en el patio de arrastre Curro Romero, vestido con camisa a rayas encarnadas, jersey azul y pantalón gris perla. Reflejaba preocupación en el rostro. Le acompañaba Manuel Cisneros -que es el representante de su exclusivista Pedro Balañá-, en quien era claramente perceptible el disgusto profundo.

Varias docenas de agentes de la Policía Nacional se encontraban en el patio de arrastre, custodiando a Romero, y también algunos empleados de la plaza y muy pocos aficionados y curiosos, que se limitaron a seguirle de cerca. Un capitán de la Policía Nacional le cogió del brazo, para apartarle de la curiosidad de la gente. Finalmente, Curro Romero, Cisneros y varios agentes, subieron a una furgoneta de la Policía, que los trasladó hasta el hotel. Al abandonar la plaza, un grupo de personas, que esperaba junto a la puerta, increpó al torero.

A primeras horas de la pasada madrugada, Manuel Cisneros nos manifestaba que Curro Romero permanecía en su habitación del hotel, muy afectado por lo sucedido y deseando torear el día 3 en Madrid, para desquitarse. "Siempre, claro está", añadió, "que se vayan a lidiar los toros de la ganadería anunciada, pues los cambios de última hora no ofrecen garantías y menos a este tipo de toreros, que tienen una especial idiosincrasia. Curro ya sabe cómo es: unos días, como ayer; otros, genial".

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