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SANIDAD

Los sistemas industrializados generan alteraciones ecológicas que dañan la salud

Ayer comenzó el Simposio sobre Economía y Salud organizado por el Instituto de Ciencias del Hombre y financiado por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid. El acto fue inaugurado por Víctor Conde, director general de planificación sanitaria, y presentó el programa de intervenciones José Arana, director del citado instituto.

El móvil central de este simposio radica en establecer un encuentro y un debate de criterios entre los profesionales de distintas disciplinas tendente a establecer bases de actuación que lleven a posibilitar un modelo sanitario con participación real de la sociedad en el mismo.En las intervenciones de ayer presentaron comunicaciones el profesor Hernán San Martín, de la Universidad de Bobigny, París, que disertó sobre la crisis mundial de la salud y las limitaciones de la economía de la salud; el doctor Javier Yuste, de la Universidad de Alcalá de Henares( Madrid), quien habló de inversión y salud, y el sociólogo Jesús de Miguel, de la Universidad Autónoma de Barcelona, el cual trató el tema de la sociología de la economía de la salud.

El profesor San Martín centró su exposición fundamentalmente en torno a la idea de la incidencia de los sistemas generales de producción en la realidad sanitaria o de salud/enfermedad de la sociedad. En este sentido, estudió el ciclo de desarrollo socioeco.nómico y la salud de la población, así como el sistema social e histórico de la salud.

Para el profesor San Martín, la salud y la ecología van íntimamente relacionadas, de tal modo que la alteración de ésta supone una inmediata alteración de aquélla. Como uno de los ejemplos manejados por este conferenciante de relieve internacional, se destaca la cita sobre la incidencia de la toxicidad industrial en las diferentes especies de cáncer, tercera epidemia de morbilidad y mortalidad en la sociedad actual. El 80% de los cánceres podrían ser evitados en una sociedad como la francesa, señaló San Martín, pues se conoce el origen de las sustancias que los producen, y estos datos son de alguna manera homologables a otros países en desarrollo inmersos en procesos de producción y consumo cuyo resultado es paradójicamente el producir unos sistemas sanitarios en los que predomina la intención curativa en vez de preventiva de aquellos males que el propio sistema productivo ha generado.

Javier Yuste, entre las ideas prácticas que según dijo podían ser aplicables en base a teorías como las de Hernán San Martín, destacó la necesidad de transformar las actuales facultades de Medicina en facultades de Ciencias de la Salud. El doctor Yuste, que en sus planteamientos teóricos asumió bastantes de las ideas del anterior comunicante, quiso insistir en la posibilidad de comenzar de manera inmediata a poner en práctica realidades fácilmente acometibles y que conduizcan a un sistema de salud que cubra las necesidad de todos los ciudadanos, que sea público y que cueste lo menos posible. En esta línea y, según dijo, sin caer en intereses partidarios como generalmente sucede y origina choques dialécticos ante unos modelos u otros o ante la manera de financiar tal o cual modelo sanitario, Yuste señaló que era más interesante saber cómo se iban a gastar los recursos disponibles.

En relación con tales medidas señaló, por ejemplo, la investigación de cuáles son los problemas de salud de la población, la modificación de los planes de estudio de los profesionales de la salud, el interesar a la población en la gestión sanitaria, el evaluar los programas actuales y preparar la evaluación de los futuros, plantear la integración de las atenciones médicas, preparar a los profesionales en farmacología clínica, ensayar la hospitalización a domicilio, restringir la hospitalización a lo estrictamente necesario, reconvertir los ambulatorios, iniciar la gerencia de los hospitales como empresas de servicios y definir los parámetros de la gestión sanitaria. Según Yuste, para obtener de los recursos actuales el máximo beneficio hay cuatro capítulos básicos: la reconversión industrial para que deje de ser contaminante y, cancerígena; la asistencia primaria que requiere inversiones específicas para conseguir la transformación del ambulatorio, junto a su extensión a las zonas rurales; la potenciación de la industria farmacéutica nacional para conseguir su independencia de la tutela internacional y la educación tanto médica como del público en general para conseguir responsabilizar a cada uno en su salud.

El sociólogo Jesús de Miguel planteó algunas críticas a los análisis que actualmente se realizan desde puntos de vista especialmente médicos sobre la crisis actual de la salud, desde un punto de vista de la sociología de la economía en esta materia. Refiriéndose al caso español señaló la necesidad de establecer unos sistemas de control del gasto sanitario público, que, según dijo en el INSALUD, no llega a alcanzar las cotas racionales mínimamente exigibles.

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