Total desacuerdo entre Haig y los dirigentes griego

Las entrevistas que durante 24 horas ha mantenido en Atenas el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, con los dirigentes griegos no han conseguido salvar ninguno de los problemas pendientes entre ambos países, aseguraron ayer observadores de la visita de la delegación de EE UU.

Al margen de la satisfacción expresada por ambas partes, ninguna decisión se ha ratificado en torno a los dos escollos más importantes con que se enfrentan las relaciones greco-norteamericanas: el estatuto de la bases militares de EE UU en suelo heleno y las garantías de salvaguarda de las fronteras griegas con Turquía.

Haig, antes de partir hacia Luxemburgo, ha hablado de "consenso" sobre el tema de las cuatro bases militares, sobre las que el Gobierno socialista griego expresó su deseo de desmantelarlas. Sin embargo, no ha habido decisión alguna sobre la fecha de reanudación de negociaciones, interrumpidas en junio de 1981, que quedaron a expensas de los resultados de las elecciones griegas.

Respecto a la garantía fronteriza frente a lo que el primer ministro socialista heleno llama "la amenaza turca" y el contencioso greco-turco sobre el mar Egeo, no hay nada nuevo.

Haig ratificó la posición norteamericana de deseo de que el problema lo arreglen ambas partes en el seno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.