Los pactos de redacción contribuyen a la estabilidad, de la empresa informativa según directores y propietarios
Los pactos o estatutos de la redacción, se han revelado, en aquellos países en los que existen, como una fórmula eficaz para contribuir a la estabilidad de las empresas informativas, ya que a través de ese documento y de lo que simboliza se comprometen todas las partes en un mismo proyecto de comunicación. Esta es al menos la tesis que mantuvieron el director del Süddeutsche Zeitung, Hans Heigert y el consejero delegado de PRISA, editora de EL PAIS, en la sesión de la Asamblea del IPI dedicada a analizar las relaciones entre los propietarios, los gerentes y los directores de medios de comunicación.
En esta sesión, presentada por Harold Evans, antiguo director del periódico The Times que fue, destituido por un conflicto político con el propietario R. Murdoch, se contó también con la participación de Donald Trelford, director de The Observer, de Londres; Tomoo Hirooka, del Asahi Shimbun, de Tokio y de Paddy Sherman, director del Vancouver Province, de Vamcouver (Canadá). No acudió, a pesar de que estaba anunciado, Javier de Godó, de La Vanguardia.Donald Trelford analizó, tras hacer historia de los cambios que ha experimentado la prensa inglesa en los últimos años hasta llegar a los conflictos derivados por la presencia del empresario Murdoch, las diversas perspectivas desde las que se puede entender en estos momentos en Inglaterra. el área de conflictos entre la propiedad y la dirección de los medios.
"Em nuchos aspectos", dijo Trelford, "los periódicos son empresas análogas a otras concebidas como negocio, pero no lo son en un aspecto crucial: los periódicos tienen unos aspectos políticos que se los da el hecho de ofrecer información y opinión en una sociedad democrática y tienen el poder de determinar cada día qué parece importante y que es lo que debe ser rechazado. Esto no es nada agradable de admitir para los poderes públicos".
En Inglaterra los propietarios han considerado, según Trelford, que sólo existían dos maneras de entender el periodico: como propaganda o como negocio. "Evidentemente la prensa peligra en manos de estas dos clases de empresarios porque hace que los lectores se vuelvan recelosos y, dejen de creer en ella. La prensa sólo puede sobrevivir si los lectores saben que los periodistas sólo expresan lo que ven, saben y creen. Si los lectores sospechan de motivos más ocultos en la información, entonces estamos perdidos. Debemos convencer al lector con hechos y con razones, no con la arrogancia de los periodistas".
"Los propietarios y los directores tienen que tener objetivos comunes que pasan- por cubrir la primera responsabilidad, que es la de sobrevivir. Los propietarios deberían tomar, no obstante, las obligaciones morales de los periodistas y el director debería tener en cuenta los objetivos comerciales de la empresa. El futuro de la prensa no tiene sentido sin un entendimiento entre los propietarios, los directores, los periodistas. La hostilidad de estos grupos no conduce a nada".
Fuerza y debilidad de la prensa japonesa
Tras la intervención del representante canadiense, Paddy Sherman, que analizó "diversos aspectos del Kent Report, encargado por el Gobierno del Canadá para estudiar la prensa, el exdirector ejecutivo del periódico japonés Asahi Shimbun, que tiene una tirada de siete millones y medio de ejemplares, explicó que en Japón la industria periodística, que también controla las 97 compañías de televisión de aquel país, es un buen negocio, que se mantiene sin ninguna ayuda estatal, pero que, en contrapartida, tienen una gran debilidad las relaciones entre la propiedad y la redacción. "Hasta ahora no ha habido enfrentamientos pero el problema está latente y no existen mecanismos internos como en Europa para resolverlo". En la República Federal de Alemania parece que se ha parado el proceso de concentración de prensa que ha mantenido preocupados a muchos profesionales y propietarios de medios de comunicación, según explicó el director del Süddeutsche Zeitung, Hans Heigert. Ahora quedan en este país 120 periódicos (hace cuarenta años eran 240), treinta emisoras de radio y tres canales de TV.Tras analizar de qué manera, se resuelven los conflictos y los deseos de participación en el área de la linea informativa de cada medio, Hans Heigert se mostró decidido defensor del Estatuto de la Redacción o de los pactos entre propietarios, directores y redactores que regulan la participación de las partes citadas en la línea ideológica y en las responsabilidades de hacerla posible diariamente.
"El Estatuto probablemente no es la panacea de los conflictos pero obliga a las partes a abandonar sus posiciones irreductibles. Por una parte los propietarios y directores se comprometen a abandonar el "ordeno y mando" y por la otra la redacción abandona "la lucha de barricadas". Nuestro Estatuto funciona desde hace cinco años y puedeo decir que ha contribuído a mantener la estabilidad interna de la redacción".
La experiencia de EL PAIS
En el turno de preguntas intervino el consejero delegado de la empresa editora de EL PAIS quien expuso la experiencia de este periódico en lo que a pactos redaccionales se refiere. Explicó que EL PAIS se asienta sobre una pluralidad de accionistas (1.200), "lo cual no lo hace ingobernable", sobre un Consejo de Administración cuyos miembros poseen en su conjunto el 60% del capital y sobre la Junta de Fundadores "que, aunque es un organismo derivado de la legislación franquista y de dudosa pureza democrática, nos ha servido hasta ahora para mantener la línea frente a determinados ataques".Tras explicar el sistema de nombramiento de elección del director por parte de la empresa y el contenido del Estatuto de la Redacción de EL PAIS, Jesús de Polanco dijo que el Estatuto, "aunque sea imperfecto", suponía un gran avance. "Por supuesto, tenemos problemas, pero el Estatuto se ha revelado como un instrumento válido".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.