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Protesta española por la utilización de Gibraltar como base de apoyo a las unidades británicas en la crisis de las Malvinas

La Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados inició ayer un debate sobre la posición española en el conflicto de las Malvinas, con un ataque, por parte de varios grupos parlamentarios, a la declaración del presidente del Gobierno de que el conflicto era "distinto y distante" para España y con la constatación de que Gibraltar ha sido y está siendo utilizado por los británicos como base de apoyo para las acciones de la Marina inglesa contra el archipiélago austral. Esta utilización ha motivado una protesta formal española ante el Gobierno de Londres.

La comisión, que reanudará sus sesiones a las diez de la mañana de hoy con la intervención de los grupos parlamentarios comunista, socialista y centrista, escuchó ayer una exposición de motivos del ministro de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez-Llorca, y la intervención de los representantes del Grupo Mixto, Femando Sagaseta, Ramón Tamames y Francisco Fernández Ordóñez, del Andalucista Juan Carlos Aguilar, de las miriorías vasca y catalana, Monforte y Joaquín Molins, y del de Coalición Democrática, Ricardo de la Cierva.El jefe dela diplomacia éspañola, que regresó el lunes de un viaje a Estados Unidos y Costa Rica, puso de manifiesto en su intervención la coherencia que ha animado a la posición española desde el inicio de la crisis, ya que, a su juicio, ha resumido en una condena el uso de la fuerza para la resolución, de los contenciosos entre los países y en un apoyo a la posición argentina en el tema de fondo, que no es otra que la recuperación por parte de Buenos Aires de la soberanía sobre el archipiélago austral. En opinión de Pérez-Llorca, la posición española ha sido clara y contundente y ha servido para reafirmar la independencia de la Política exterior española en los temas que afectan a Latinoamérica.

Pérez-Llorca defendió la posición adoptada por el Gobierno español desde la invasión argentina de las Malvinas, expresada en los diferentes comunicados hechos públicos por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de la actuación de los representantes españoles en las Naciones Unidas y en Comité de Ministros del Consejo de Europa, los dos únicos organismos en los que España está representada en estos momentos. Según el titular de Exteriores español, "seis semanas después del comienzo de la crisis se va perfilando en la comunidad internacional una opinión ampliamente mayoritaria que se configura en torno a los principios defendidos por el Gobierno español". Una clara alusión a las disidencias que se comienzan a observar en el seno de la Comunidad Económica Europea y en los miembros de la Alianza Atlántica en tomo a la intransigencia británica, cuyos ejemplos máximos son la petición irlandesa de una convocatoria del Consejo de Seguridad y la declaración del canciller alemán, Helmut Schmidt, en el sentido de que la CEE no podía dar un cheque en blanco al Reino Unido.

El jefe de la diplomacia española insistió una y otra vez a lo largo de su intervención en que la crisis de las Malvinas envolvía un problema colonial de fondo no resuelto, sin duda pensando en la gran hipoteca de Gibraltar, y que España no podía dar su apoyo a la resolución 502 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en el que se pedía, sin más, la retirada de las tropas argentinas de las Malvinas, ignorando toda la doctrina de la organización internacional en torno al mismo tema. "España no podía apoyar este proyecto de resolución", dijo, "porque el proyecto británico estaba desequilibrado, al no contemplar los criterios de fondo que debían tomarse en cuenta para la solución del tema de las Malvinas, de conformidad con la doctrina y las resoluciones aprobadas ya por las Naciones Unidas".

El ministro recordó que para un miembro no permanente, del Consejo de Seguridad, como España, "un voto de abstención no implica en ningún caso ni inhibición, ni indefinición, ni imprecisión... Es una forma de manifestar la falta de acuerdo con los términos de la resolución y no contribuir a su adopción". Después de explicar, por los mismos motivos, por qué España se negó a secundar el boicoteo económico a Argentina decretado por los diez y se disasoció de la resolución condenatoria de la República del Plata, aprobada por el Consejo de Europa, Pérez-Llorca se refirió a sus conversaciones con el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, y a sus entrevistas en Washington con el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, a quien manifestó que Estados Unidos había cometido 'un error trágico" en su alineamiento con el Reino Unido en esta crisis.

La explicación de Pérez-Llorca fue inmediatamente Contestada por los representantes de los grupos parlamentarios que hicieron uso de la palabra en la sesión de ayer. El canario Sagaseta se preguntó si España podría mantener su independencia en el conflicto cuando se están a punto de renovar los acuerdos con Norteamérica. Ramón Tamames, también en nombre del Grupo Mixto, recordó la frase de Calvo Sotelo pronunciada en La Línea de que el Conflicto de las Malvinas era "distinto y distante" del de Gibraltar, cuando los hechos están demostrando que "ni es distinto ni distante". El ex diputado comunista pidió un aplazamiento de la firma del tratado hispano-norteamericano

Igualmente, por el Grupo Mixto, Francisco Fernández Ordáñez, presidente del Partido de Acción Democrática, puso de manifiesto que "la realidad de las Malvinas había producido hechos concretos, como el aplazamiento de las negociaciones sobre Gibraltar, la utilización de la base y una actuación deslucida y pobre de España".

El representante andalucista Juan Carlos Aguilar pidió asimismo la suspensión de las negociaciones con Estados Unidos y con la Afianza Atlántica y manifestó que España había "defraudado a los pueblos latinoamericanos". Andoni Monforte, por el PNV, fue el único parlamentario que calificó a los argentinos como agresores (por la invasión de las Malvinas), y preguntó qué actitud adoptaría España si la misma agresión fuera cometida contra Ceuta y Melilla, pregunta a la que no contestó Pérez-Llorca. Joaquín Molíns, por la Minoría Catalana, hizo constar que lo que calificó de ambigüedad española corría el riesgo de no satisfacer a ninguna de las partes.

Por último, el representante de Coalición Democrática, Ricardo de la Cierva, puso de manifiesto su desacuerdo con la declaración del ministro de que la posición española no había tenido "vacilaciones ni ambigüedades". Y recordó la decantación de la postura española .hacia Argentina a medida que el Reino Unido incrementaba sus acciones bélicas. El ex ministro de Cultura, que planteó cinco preguntas al titular de Exteriores, manifestó que su grupo consideraba "muy grave" la utilización de la base de Gibraltar por parte de Reino Unido en sus acciones contra Argentina, y preguntó si el Gobierno había realizado o iba a realizar alguna clase de protesta ante las autoridades británicas por esa utilización. Pérez-Llorca confirmó que "se había producido una reacción española ante la utilización de la base, que no ha recibido todavía una respuesta oficial", pero que dicha utilización "había sido más moderada y prudente" desde esa "reacción española".

La sesión se reanudará hoy con la intervención, en primer lugar, del secretario general del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo.

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