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Las cuentas del gran capitán

Joaquín Estefanía

Los últimos, sondeos realizados por los empresarios implican una fuerte baja de los socialistas respecto a los iniciales, y una importante recuperación de UCD y AP. La patronal estima internamente que este giro en la tendencia del voto de los andaluces se debe a su campaña institucional. Campaña que conlleva detrás un presupuesto económico oficial de 117 millones de pesetas, unas cuentas extraoficiales de 400 millones y un aparato técnico de casi medio millar de hombres. Son las cuentas del gran capitán...

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Las últimas encuestas móviles en poder de los dirigentes empresariales dan, aproximadamente, los siguientes porcentajes: PSOE (43%), UCD (18,5%), PSA (14%), AP (10%) y PCA (7%). Estos datos son acompañados de un asterisco que indica que la gran incógnita puede ser el Partido Socialista Andaluz, pero que la sorpresa siempre se resolverá al alza. Los sondeos que se conocieron a principios de marzo daban al PSOE la mayoría absoluta (51%), un 10% al PSA, 8% a UCD, 8% a AP, y 6% a PCA. Lo que significa, a nivel de tendencia, una importante baja en los socialistas, una alza muy importante de UCD, subida clara del PSA e incremento de AP y PCA.La interpretación de los datos es valorada de distinto modo por la patronal (Confederación de Empresarios de Andalucía) que por los socialistas. Para la CEA, la baja del PSOE y la subida de UCD y AP son debidas en buena parte a su campaña institucional de publicidad en. los medios de comunicación y de actos empresariales, en los que se explican las dos lecturas del Estatuto de Autonomía. El PSOE, sin embargo, entiende que las primeras cifras, y quizá estas últimas también, estaban premeditadamente hinchadas para conseguir, en primer lugar, un efecto de miedo, y, posteriormente, para lograr esa sensación de influencia que pretenden los empresarios.

En cualquier caso, sin entrar a discutir el nivel de influencia, lo cierto es que la presencia activa de la patronal en la campaña andaluza ha significado un muro para los soc.alistas, que no esperaban tanta resistencia a su previsible victoria, en las campañas de AP y UCD. Para conseguir esto, la CEA comenzó a prever su actuación desde el primer trimestre del año pasado, según su vicepresidente Juan Salas Tornero, "cuando nos dimos cuenta de la danza de la confusión que representaban las posturas del PSOE, que, por otra parte, rentabilizó perfectamente el error histórico de UCD en el referéndum andaluz".

Ayer, la CEA inició la tercera fase de su campaña institucional, tras una reunión de su comité ejecutivo el pasado sábado en la que se realizó un estado de la cuestión y se estudió la mejor manera de multiplicar los efectos externos de la presencia de Carlos Ferrer y José María Cuevas en Andalucía. Ferrer y Cuevas recorrerán las ocho provincias, asistiendo a diversos actos empresariales y dando una conferencia de Prensa diaria, culminando su periplo en Sevilla el viernes, en una reunión en la que se espera duplicar la presencia de empresarios que asistieron el jueves pasado a la disertación de Alfredo Molinas y Juan Salas Tornero.

Multiplicar la presencia

En esta tercera fase de la campaña, según un estudio conocido por EL PAIS, proseguirán los actos empresariales, la publicidad en los medios informativos se hará más agresiva y "se editará un periódico propio (cuatro páginas) cuyo encabezamiento podría ser Andalucía Empresa, que iría encartado en los diarios de mayor difusión de la región. Este periódico contendría artículos de opinión, entrevistas, informaciones, publicidad, etcétera, que estarían referidos al desarrollo de la campaña. Está prevista la edición de números especiales para las revistas Gestión Empresarial (Málaga), Federación Onubense de Empresarios FOE (Huelva), Asociación Nacional del Profesorado Estatal (de ámbito regional) y en Nueva Empresa (de Madrid). Esta acción quiere aprovechar el material informativo que se está formando desde la CEA, así como la producción específica de otros artículos y entrevistas, como vehículo idóneo para dar a conocer en sectores muy concretos de la sociedad andaluza la información y publicidad que suscita el desarrollo de nuestra campaña".

En este estudio interno de la CEA se hace una valoración de la presentación de la campaña institucional en los medios de comunicación, se explica la cobertura informativa de la patronal y su organización, y algunas de las técnicas a utilizar por sus hombres durante el período electoral (a título de ejemplo se dice que "en el medio radio, bajo un completo asesoramiento, no se entrará en confrontaciones dialécticas con representantes de.partidos políticos").

El coste oficial de la campaña fue valorado en su día en 117 millones, "que si se compara con lo que suelen invertir los partidos políticos constituye una cifra extremadamente razonable, como coste de una operación destinada a ampliar el conocimiento del pueblo andaluz sobre las características que puede tener su propio futuro. Esta cifra se mantiene, aproximadamente, como correcta al día de la fécha", explicó Salas Tornero. Sin embargo, no es ésta la opinión del resto de las fuerzas que compitan en Andalucía. "El coste de la campaña empresarial supera con mucho lo admitido", afirma un dirigente socialista "Hacía mucho tiempo que los em presarios no invertían tanto", termina. La primera parte de la frase es admitida casi unánimemente Algunas fuentes empresariales han reconocido ante EL PAIS que el presupuesto real con que va a contar la CEA llegará a cuatro cientos millones de pesetas. Y una buena parte de ellos saldrán de Madrid.

La aportación de Madrid

Concretamente, en la planificación hecha de la campaña institucional entre los dirigentes de la CEA y los de la CEOE, se apuntó la cifra de alrededor de cuatrocientos millones de pesetas, teniendo en cuenta la experiencia de Fomento del Trabajo en las elecciones a la Generalidad y de la patronal gallega en los recientes comicios al Parlamento autónomo y además el salto adelante que sobre las dos elecciones pasadas tendrá la campaña andaluza. En Andalucía se recaudarían cerca de 150 millones de pesetas, según las diversas modalidades adoptadas por cada una de las asociaciones que componen la CEA: una cantidad fija por trabajador, un porcentaje ínfimo de lo aportado por el impuesto sobre sociedades, cuotas voluntarias, etcétera. El resto, 250 millones, se intentaría conseguir en Madrid, haciendo la primera ronda entre organizaciones potentes, y otra segunda ronda entre empresas grandes, multinacionales y banca. Las personas que han llevado directamente la responsabilidad de esta financiación adicional han sido Ferrer y Cuevas, y el encargado de recaudar el dinero un hombre del aparato de CEOE, con el cargo de adjunto al presidente, llamado Miguel Angel López Quesada.

Así como en Andalucía, tras un primer momento de desconcierto, se va reuniendo la cantidad presupuestada, en Madrid hay mayores dificultades en conseguir financiación para la campaña andaluza, que resulta muy lejana, liara los empresarios nacionales.

La campaña de los empresarios andaluces cuenta con dos, aparatos paralelos que giran en tomo a una misma persona: José María Cuevas, secretario general de la CEOE. Martín Almendros afirma que "en un primer momento acudimos a Madrid a pedir asesoría y a conocer qué es lo que habían hecho los empresarios gallegos y catalanes; sin embargo, luego la campaña se ha autonomizado casi totalmente". La persona que coordinó esos contactos de primer momento fue Cuevas.

El aparato que dirige a la luz pública la campaña está formado por la directiva de la CEA: su presidente, Martín Almendros; los dos vicepresidentes, Juan Salas Tornero y José Bohórquez Mora Figueroa, y los presidentes de seis organizaciones territoriales y seis sectoriales. Sin embargo, existe otro aparato, que no figura casi nunca, pero que a golpe de teléfono dirige realmente la campaña. Son los secretarios generales y los, asesores de la CEA, la mayoría pertenecientes al antiguo sindicato vertical, hombres de confianza de

José María Cuevas, y algunos de ellos martinvillistas de pro. Se puede afirmar que el medio ambiente de los aparatchist es la antigua organización sindical. Allí aprendieron casi todo su oficio como directores de asuntos económicos del consejo de empresarios. Es el caso de Antonio Carrillo, secretario general de la CEA, o de Santiago Herrero, asesor político de la patronal y hombre de confianza de Ferrer Salat, e incluso de Antonio Fernández Palacios, secretario de la Confederación de Empresarios Sevillanos. Estos hombres son los que de hecho coordinan al mas amplio equipo de colaboradores de la CEA en su campaña.

Entre estos colaboradores, hay que distinguir las siguientes categorías:

- Los coordinadores. Personas que citan, animan, organizan los actos, buscan la documentación necesaria y los locales, etcétera). Según José Bohórquez, son alrededor de doscientos en toda Andalucía. En general son profesionales universitarios, como abogados, economistas... y secretarias. La cifra que cobrarán por participar en los dos meses de campaña oscila entre las 300.000 pesetas los más valorados en el mercado, y las 100.000 pesetas, que es lo que recibirán las secretarias.

- Los monitores. Empresarios que participan en los actos explicando el sentido de la campaña. Alrededor de 150 no cobran nada por su intervención, "ni siquiera la gasolina de los desplazamientos". Es una categoría de empresarios militantes, que entienden que hay que frenar al PSOE para evitar males mayores en el futuro.

- La red de recaudadores en cada organización sectorial o territorial. Son los encargados de evitar el déficit de la campaña. Son empresarios responsables. Juan Salas opina que "ha habido muchos empresarios que han aportado 5.000 pesetas. Muchos más que los que han dado cantidades grandes. El motivo es la sensibilización que en los pequeños comerciantes han supuesto los tres años de gestión municipal de las izquierdas y el incremento de impuestos municipales, una experiencia que, sin embargo, no han tenido ni gallegos ni catalanes".

A todos estos grupos hay que añadir los gabinetes de Prensa que tienen su centro en Sevilla; los habituales aparatos de las confederaciones, no creados específicamente para la campaña, pero que han apoyado en ella, y dos coordinadores de Andalucía oriental y Andalucía occidental. "No se puede afirmar que todo ello sean gastos de campaña", explica Antonio Carrillo, secretario general de la CEA. "Lo más importante es lo que quedará después de ella; toda una infraestructura que servirá para dar un fuerte impulso a la Confederación, y que aunque ha sido adquirido ahora, dará juego para siempre".

La imagen encontrada

Además de los gastos de publicidad, de infraestructura, de sueldos a los liberados, la patronal deberá aportar una fuerte suma de dinero, que EL PAIS no ha conseguido evaluar, a la agencia consulta de relaciones públicas, que ha hecho los sondeos y ha generado toda la campaña de imagen empresarial. Se trata de la agencia Task, Consultores Técnicos Asociados, cuyo director general Gabriel Castro Villalba (amigo de Cuevas, Fabián Márquez y otras personas del aparato de la CEOE) ya contrató la misma misión con los empresarios gallegos con tan buenos resultados. Task es una empresa escindida de la antigua Areurop, del dirigente del SEU Aparicio Bernal, especializada sobre todo en temas de energía. Algunos de sus competidores explicaron a este periódico que una buena parte de las personas que dirigen Task provienen también del antiguo sindicato vertical y de Televisión Española y Radio Nacional durante los primeros años setenta.

Ni la CEA, como tal, ni la CEOE pagarán sin embargo cantidad alguna de modo directo a los partidos políticos concretos. "No prestamos apoyo moral ni económico a ningún partido", declaró rotundo José Bohórquez, quien a su vez negó que la CEA hubiese retirado financiación a Unidad Andaluza, el partido de Clavero Arévalo por considerar que no tendría importancia electoral si no se unía a Fraga Iribarne. "Ni le hemos retirado financiación, ni se la hemos dado", afirmó Bohórquez. "No es nuestra misión; además, los partidos deben depender de las cuotas y de la solvencia de sus militantes, no de instituciones ajenas a ellos mismos".

Para un hombre de la cúpula de la CEOE, muy representativo, hay que distinguir la financiación directa de la CEOE a partidos políticos, que no existe ("los presupuestos de la CEOE son conocidos y no se estiran; no dan de sí más que para la actividad cotidiana de la cúpula empresarial"), y la actitud de la CEOE cuando actúa como broqker, es decir, como intermediario entre las entidades financieras clásicas y los partidos políticos.

Este papel de intermediario representativo es el que buscarán con esmero algunas formaciones políticas en las próximas elecciones generales, reconocida la influencia que la CEOE ha adquirido en el mundo económico español. Y, en segundo lugar, la esperanza de que la patronal clarifique del modo más explícito posible su preferencia de voto, ya que una mínima disciplina electoral de los empresarios organizados (más de un millón, según la CEOE), arrastrando tras de sí el voto familiar, acumularía una energía detrás del partido elegido, que sería muy difícil superarle.

Esta esperanza ha sido desmentida una y otra vez por todos los dirigentes empresariales: "No dividiremos nunca el voto de la derecha sociológica, porque ello significaría dividirnos nosotros mismos". Así pues, será dificil saber ahora qué votarán Martín Almendros, José Bohórquez, Juan Salas o Juan Jiménez Aguilar. Ninguno de ellos quiso responder esta pregunta, a título personal, a este periódico.

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