Una desigual introducción al posmodernismo
El segundo programa ofrecido en Madrid por el Grupo de Investigación Coreográfica de la Opera de París mostró, más claramente que el primero, los problemas de este conjunto, que pretende dar a conocer obras de coreógrafos norteamericanos contemporáneos y a la vez desarrollar una línea propia de creación.Hubo cambios de última hora que llevaron a sustituir la anunciada pieza de Ulyses Dove, Pieces of dreams, por una coreografía original del mejor bailarín del grupo, Jean Christophe Paré, Probable paisaje, para cuatro bailarines, solista y cubo, voluntariosa y de cierto interés. Se repitieron las dos obras de Gamier ya vistas: Aunis -esta vez sólo en lugar de trío- y Pas de Deux, que sirvieron para confirmar la escasa forma en que se encuentra Jean Pierre Franchetti, y hubo ocasión de ver otra coreografía de la ex directora del grupo, Carolyn Carlson, Densidad 21,5, anterior a la espléndida Slow, heavy and blue del primer programa y pálido antecedente de ésta.
Grupo de Investigación Coreográfica de la Opera de París
Probable paisaje, de Jean Christophe Paré, música de L Wachivitch. Densidad 21,5, de Carolyn Carlson, música de E. Varese. Ciclos, de Douglas Dunn, música de S. Lucy. Director artístico: Jacques Garnier. Centro Cultural de la Villa de Madrid. Viernes 7 y sábado 8 de mayo.
Para el final se dejó Ciclos, del coreógrafo posmodernista norteamericano Douglas Dunn. A falta de un apelativo mejor, se viene utilizando el término posmoderna para designar el tipo de danza que surgió en Estados Unidos a finales de los años sesenta como reacción contra los postulados estéticos y expresivos de la danza moderna ya aceptada entonces, que se había preocupado sobre todo por la danza como medio de expresión personal y teatral.
Inspiración de Cunningham
Los posmodernistas, inspirados y formados en su casi totalidad por el gran innovador Merce Cunningham, y entre los que Douglas Dunn ocupa un lugar de honor, se interesan exclusivamente por el movimiento en sí mismo, como forma y como estructura en el espacio, rechazando toda implicación y toda función expresiva en la danza.Dado el prestigio de Douglas Dunn -quien, por otra parte, se hizo célebre en 1975 con una composición que consistía en estarse quieto durante varias horas ante el público- cabría preguntarse si Ciclos es, como aparenta, un monótono y poco inspirado repertorio de líneas incapaces de sostener el interés o si es que la interpretación de los franceses, tan eficaz en otros casos, no le hace justicia.
Babelia
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