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Pruebas científicas 'abrumadoras' de la relación entre televisión y agresividad infantil

Existen pruebas científicas abrumadoras de que la violencia en la televisión provoca casi directamente agresividad y un comportamiento violento en los niños y adolescentes, según un informe del Instituto Norteamericano de Salud Mental, titulado Televisión y comportamiento: diez años de progreso científico e implicaciones para los años ochenta, informa .

Un experimento, realizado durante cinco años con 732 niños, demostró que los conflictos con sus padres, las peleas y los actos delictivos que cometieron están relacionados con el número de horas que habían pasado ante el televisor.El informe, basado en unos 1.500 artículos y estudios sobre el particular realizados desde 1970, afirma que, si bien el nivel de violencia de la programación televisiva no es el mismo todos los años, la pequeña pantalla sigue siendo "una forma violenta de entretenimiento".

Las conclusiones del informe han suscitado fuertes críticas de las principales cadenas de televisión norteamericanas, que esgrimen en su defensa estudios con resultados opuestos. Su difusión ha servido también para reavivar en Estados Unidos el debate sobre el contenido de la programación televisiva a cargo de los movimientos ultraconservadores, que piden el boicoteo de los productos de empresas comerciales patrocinadoras de programas con violencia y sexo.

Las conclusiones del Instituto Norteamericano de Salud Mental establecen que la programación difundida en las horas de mayor audiencia, y la destinada a los niños durante los fines de semana, está dominada "por la acción, la fuerza y el peligro". En los programas que mayor interés consiguen de los teleespectadores norteamericanos se producen cinco actos violentos por hora.

Los autores de diversas experiencias han llegado a comprobar que existe una relación entre la agresividad gratuita de los alumnos de un jardín de infancia, de tres y cuatro años, y la cantidad de programas de televisión que contemplaban. En general, se produce un aumento de la agresividad física y verbal de los niños y los adolescentes desde que se introduce la pequeña pantalla en sus hogares.

Respecto a la explicación de estos fenómenos comprobados, los autores del informe adelantan cuatro hipótesis. Una de ellas consiste en el aprendizaje del comportamiento violento por observación del televisor, del mismo modo que el niño aprende pautas de comportamiento de las personas que le rodean.

La segunda apunta a un cambio de actitudes, derivado de la programación televisiva y sus contenidos, que hacen a los niños más desconfiados y más propensos a pensar que el inundo es esencialmente violento.

La tercera hipótesis se refiere al proceso de excitación y a la estimulación fisiológica que padecen los niños y jóvenes, al ser testigos de actos de violencia ante la pequeña pantalla.

Finalmente, la cuarta hipótesis describe un proceso de justificación, según el cual las personas de por sí agresivas encuentran explicaciones a su comportamiento en la actuación de los personajes protagonistas de los programas televisivos.

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