La asamblea extraordinaria del PNV apoya al Gobierno vasco en su intención de mantener el proyecto nuclear de Lemóniz

La petición de la "rápida y progresiva" transferencia al Gobierno vasco de competencias policiales, el total apoyo del partido al Ejecutivo de Carlos Garaikoetxea en la intención de seguir adelante con los proyectos energéticos de Lemóniz, y el anuncio de que cualquier afiliado que ceda al chantaje económico de ETA será expulsado de sus filas, son las principales conclusiones de la asamblea extraordinaria del Partido Nacionalista Vasco (PNV) que se celebró ayer en Vizcaya. El dirigente Xabier Arzallus, que reconocía que su partido estaba abierto a todo tipo de diálogo, señaló que "ETA siempre lo ha rechazado".

En un comunicado dado a conocer poco después de la asamblea, el PNV pedía la dimisión del director del ente público de Radio Televisión Española, Carlos Robles Piquer, "mientras continúe la funesta política informativa relacionada con el País Vasco", a la vez que anunciaba su boicot a Televisión Española.Al término de la asamblea, celebrada en Castillo de Elejabeitia (Vizcaya), el presidente del Consejo Nacional del PNV insistió, en el curso de una conferencia de Prensa, en la necesidad de que las transferencias en materia de policía autónoma sean una realidad, a fin de poder combatir el terrorismo por todos los medios.

En este sentido puso especial énfasis en que "el hecho de que la lucha antiterrorista sea considerada extraterritorial es una interpretación particular, porque la seguridad de nuestras vidas y nuestros bienes es competencia de una policía autónoma, moderna y dotada con los medios necesarios".

Acaso para dar más énfasis a la sensación de indignación que en los últimos días se ha vivido en el País Vasco en general y en las bases del PNV en particular frente a la escalda terrorista, Xabier Arzallus -después de reconocer que existe "un enfrentamiento definitivo entre ETA y las instituciones"- señaló a los medios informativos que la asamblea nacionalista, de carácter extraordinario, no suponía un salto cualitativo en su dinámica interna, sino que era producto "de un creciente cabreo".

Más agresividad contra ETA

Al parecer, en el desarrollo de la asamblea nacionalista, que se celebró a puerta cerrada, fueron innumerables las intervenciones de militantes que solicitaban más agresividad en la lucha contra ETA, rozando la petición velada de que se les concediera más importancia a las medidas policiales.Fue en el curso de este debate acalorado cuando los dirigentes del partido formularon una llamada a la serenidad de los planteamientos de lucha antiterrorista, y aprovecharon las circunstancias para criticar alos partidos UCD y PSOE por poner, precisamente, el énfasis en las medidas policiales por encima de las soluciones políticas.

En el comunicado dado a conocer posteriormente a la reunión de la asamblea del PNV destaca, aludiendo a la manifestación celebrada en Bilbao el pasado viernes, en la que el número de militantes del partido mayoritario dobló con holgura al resto de las organizaciones asistentes en su conjunto, sus críticas a UCD y PSOE. "Constatamos el nulo eco popular de los partidos de ámbito estatal en sus convocatorias públicas contra el terrorismo".

Cuando el nerviosismo se palpaba en las intervenciones de militantes que solicitaban "más acción" contra ETA, los dirigentes del PNV reconocían que ETA ha desafiado directamente al Gobierno, a las instituciones y al propio PNV, y que en este sentido "ha llegado el momento de tomar las medidas oportunas", aunque el contenido concreto de estas no ha transcendido de momento. Asimismo, recordaban a los afiliados que si -llevados por el miedo- cedían al chantaje económico de ETA, serían expulsados del partido.

Por su parte el Gobierno vasco, que reconocía ayer que "ha quedado abierto un período de reflexión a fin de proceder a la reorganización interna de Lemóniz", se reunirá con los representantes de Iberduero y los de la Administración central el próximo miércoles en Madrid. Una reunión que no está siendo vista con buenos ojos por el PNV, que insiste en que, dada la existencia de la recién constituída sociedad pública de gestión de Lemóniz, las reuniones deberían celebrarse, en su opinión, éxclusivarriente entre el Ejecutivo autónomo e Iberduero.