Movimiento ciudadano: formas de trabajar

Confiamos que, dentro del siempre deseable ejercicio del derecho al diálogo, se nos permita hacer las siguientes puntualizaciones, a propósito del tema de las manifestaciones vecinales callejeras y de la vitalidad y la vigencia efectivas del movimiento ciudadano:1. Ante todo, hay que decir que para las asociaciones de vecinos, su comparecencia multitudinaria en la vía pública -a la que siem- Pasa a la página 12 Viene de la página 11 pre han concurrido, en todo caso, no pocos millares de personas- es sólo un símbolo, una llamada de atención, una ceremonia cívica, pero no un método de trabajo.

2. Nuestro método de trabajo son esas mil y pico de asociaciones de barrio distribuidas por todas las áreas del Estado, debidamente inscritas en los correspondientes registros legales, con un número de socios en cada una de ellas que va de los 2.000 a los 12.000, y que bien puede afirmarse que suponen, en su conjunto, uno de los más importantes y numerosos colectivos, democráticamente constituidos y organizados, que existen hoy en nuestro país.

Nuestra verdadera y genuina manifestación es esa, y nuestra obra, la que cada día realizan, serenamente, responsablemente y sin estrépitos, tan gran número de entidades, encabezadas por sus juntas directivas, sus coordinadoras y demás órganos.

3. Y no es que sea difícil, ni falten hoy serios motivos para movilizar y espolear a muy amplios sectores de población, como, por ejemplo, a propósito de posibles gravísimas medidas futuras en materia de vivienda y contra profesionales, comerciantes e industriales... Pero para nosotros (y esta es la idea que preside nuestra cotidiana labor), debe valer más un informe o un estudio razonadamente hecho, y bien documentado, que los gritos callejeros, aunque éstos, en ocasiones, no estén de sobra. Y ojalá que lo entiendan también así quienes más deben hacerlo y asumen en nuestra joven y difícil democracia las responsabilidades últimas./ Secretaria de la Coordinadora de Vivienda y Urbanismo.