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Pésimos corredores de fondo

Si alguna conclusión se pudo sacar del desarrollo de las sesiones bursátiles de ayer es que los mercados de valores españoles son unos pésimos corredores de fondo. Unas veces por impotencia del propio mercado, y otras, como ayer, a causa de la mala fortuna, pero lo cierto es que desde hace varios meses las bolsas españolas no son capaces de enfilar con brío un proceso alcista mínimamente consistente. Se ahogan a los pocos metros de la línea de salida.Las espectaculares salidas en los precios de los valores eléctricos con que habría sido saludado el comienzo de la semana se vieron bruscamente interrumpidas por el nuevo atentado cometido por los afiliados a ETA en la persona del jefe de proyectos de la central nuclear de Lemóniz.

El nuevo asesinato supuso un jarro de agua fría para las esperanzas de los inversores, que se apresuraron a retirar todas la órdenes compradoras que habían canalizado hacia Iberduero. El futuro inmediato de la sociedad presenta unos serios interrogantes, y no es de extrañar, por tanto, la cautela de los inversores, ni la pérdida de 1,5 puntos en el precio de las acciones de la compañía.

El estímulo negativo que representó la baja en el precio de los títulos de la mayor compañía eléctrica del país funcionó de forma contundente, y el resto de los compañeros de grupo experimentaron unas devoluciones notablemente más moderadas que la de la reunión precedente, perdiendo el sector prácticamente toda su fuerza de proyección alcista y reflejando el índice del grupo en la Bolsa de Madrid una pérdida de 39 centésimas.

Viesgo se constituyó un día más en la excepción, ganando su cotización otros tres puntos en el mercado madrileño y presentando alguna demanda al término de las operaciones. La sombra del Banco de Santander continuó planeando sobre la evolución bursátil de la compañía eléctrica montañesa.

Por cierto, que el Santander, junto con el Popular, resultaron las dos únicas entidades del grupo bancario que terminaron la jornada en Madrid habiendo absorbido la totalidad de las órdenes vendedoras que se presentaban al inicio de las operaciones.

Para el resto del sector continuaron manteniéndose unos saldos discretamente negativos, que bien pudieran no reflejar del todo las intenciones de los vendedores potenciales, pues, según se comentaba a última hora de la mañana de ayer, un buen número de operaciones en estos valores se habrían realizado fuera de los correspondientes corros, y por tanto al margen del mecanismo de caja, que es el que permite establecer la diferencia entre las partidas a la compra y el número de títulos que ofrecen los vendedores.

Por otra parte, parece haberse establecido entre los especialistas un criterio general que tiende a separar el conjunto de los siete grandes bancos en dos bloques, en función de los precios que presentan sus acciones. Así, los especialistas estarían replanteándose las posiciones vendedoras en Hispano y Popular.

Sin embargo, Bilbao, Central, Banesto y Vizcaya pueden verse sometidos a unos crecientes flujos vendedores como consecuencia del despegue que sus cambios marcan sobre la cota antes citada y que los estudiosos del mercado atribuyen únicamente al mejor cuidado de sus precios.

En el mercado secundario de pagarés del Tesoro de la Bolsa madrileña se ofertaban ayer 58 títulos con vencimiento del 29 de octubre de este año. Se negociaron siete, todos ellos de un millón de pesetas, cinco al tipo del 12 3/16% y dos al 12 2/16%.

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