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Campaña al Parlamento Andaluz

La competencia electoral entre centristas y Alianza Popular puede incrementar la ventaja inicial de los socialistas

La presencia socialista en Andalucía, celosamente mantenida por los ayuntamientos democráticos, está forzando en cierto modo a que se produzca una rivalidad electoral dentro del espacio político de la derecha, cuyos dos principales ofertantes son Unión de Centro Democrático (UCD) y Alianza Popular (AP). El partido en el Gobierno, en baja y desgastado por su anterior política autonómica en esta región, y la organización que dirige Manuel Fraga, que llega a Andalucía con aires renovadores y reforzada por su éxito en los comicios gallegos, se han esmerado a la hora de elaborar sus respectivos programas de Gobierno, ricos en contenido, pero poco diferenciados entre sí.

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Esta pugna por un similar espacio electoral puede incrementar la ventaja de los socialistas, debido al efecto D,Hondt, lo que preocupa a los centristas.En las sedes de la UCD andaluza preocupa en estos momentos más la campaña electora de Alianza Popular que la de los tres restantes partidos, la mayoría de ellos con determinada clientela fija, que sólo podría desviarse con acciones de Gobierno de gran aceptación popular, como es el caso reciente de la liberación del peaje del puente sobre la Bahía gaditana, operación que está explotando estos días el vicepresidente económico del Gobierno y diputado por Cádiz, Juan Antonio García Díez. En este contexto podría incluirse el primer dardo electoral lanzado por el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, el sábado en Jaén, diciendo que Fraga había sustituido lo racional por lo visceral.

Precisamente Fraga, con más peso político que el candidato centrista Luis Merino, un desconocido todavía en la región, ha viajado a Andalucía apostando fuerte, como lo demuestra su apretado programa de trabajo previsto para todos los días de campaña. El presidente de Alianza Popular, sólo aprovechará dos de estos días para descansar, el jueves 6 y el lunes 10, y recorrerá en cambio todas las capitales de provincia andaluzas al menos tres veces.

El apoyo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), nunca reconocido públicamente, lo es indistintamente a Alianza Popular y a UCD, aunque en algunos casos se nota mucho más la inclinación hacia el primero de estos partidos. Quizá el problema principal que se le presenta a UCD es, a juicio de algunos de sus dirigentes, la falta de un líder popular que avale al candidato Merino. En el partido centrista se es consciente de que Leopoldo Calvo Sotelo no es un hombre propiamente para ganar votos y se recuerda a Adolfo Suárez, cuya ausencia sigue sienz do comentario diario en las sedes provinciales.

Dos de los principales problemas que afectan a esta región, reforma agraria y desempleo, son recogidos de forma desarrollada en los programas de Gobierno lanzados por estos dos partidos. UCD, por ejemplo, indica, referiéndose a la pretendida reforma agraria que ésta tiene que "ser realizada por y para los agricultores" y ofrece una serie de medidas en esta materia, que van desde "adecuar las estructuras agrarias a las necesidades de futuro inmediato" hasta "establecer un plan general de adaptación de la agricultura y la ganadería andaluza al ingreso de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) pasando por "incrementar la participación de los agricultores en los procesos de industrialización y comercialización de productos agroalimentarios".

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Alianza Popular dice que no en tiende el proceso de reforma de las estructuras agrarias corno una simple redistribución individual de la tierra, sino como un proceso más complejo de tecnificación e industrialización del sector, de aprovechamiento integral de los recursos reales y potenciales del agro andaluz, y de mejora de la calidad de vida del hábitat rural. Para ello propone la mejora del medio rural a través de planes generales y de comarcalización de cara a incentivar la industrialización del campo y la ordenación de las explotaciones agrarias.

Empleo a largo plazo

En cuanto al desempleo, el partido centrista indica que "nadie puede afirmar con verdad que la situación de paro pueda resolverse a corto plazo" y añade que se trata de un problema económico, pero también de tipo humano, moral y político que exige solidaridad. La propuesta de actuación contra el desempleo la basa en tres puntos: política general de empleo (aumento de la demanda de trabajo, reducción planificada de la oferta laboral y mejor adecuación entre la oferta y la demanda); política específica de empleo (empleo para jóvenes y nueva política de empleo comunitario), y política de asistencia al trabajador.La postura de Alianza Popular en este sentido la basa en su programa nacional aunque estima que las circunstancias especiales que, se dan en Andalucía necesitan una serie de medidas regionales, que irían también en tres direcciones: la agricultura, con una reconsideración de la política de precios agrarios y la reconversión de tierras de secano en regadío; el sector industrial, fortaleciendo las relaciones con la agricultura y dando prioridad a empresas de tamaño medio; la construcción, solicitando al Estado la construcción de viviendas de protección oficial y el sector de servicios, potenciando el turismo y las actividades artesanales.

AP señala asimismo que el sistema de empleo comunitario seguido para paliar el paro agrícola estacional ha resultado inoperante y ha generado enormes tensiones sociales, fraudes y distorsión en el mercado de trabajo. Por todo ello, pide la realización de un censo agrícola fiable, dotar a los organismos de la infraestructura necesaria y sustituir el sistema actual por inversiones directas.

Ambos partidos se presentan ante el electorado como opciones políticas basadas en el humanismo cristiano, lo que refleja cierta similitud a la hora de lanzar el mensaje. UCD dice que se trata de "un partido de centro inspirado en el personalismo y en el humanismo cristiano, partido de los liberales y del progreso, que pretende modernizar la sociedad mediante reformas sucesivas para aportar más igualdad y más justicia". Alianza Popular, por su parte, se define como un partido también basado en el humanismo cristiano, reformista, liberal y de carácter conservador que propugna "un desarrrollo político permanente y una transformación del entorno económico-social que, dentro de un máximo de libertad, de justicia social, de estabilidad y de bienestar, conduzca al establecimiento de una democracia fuerte y representativa".

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