El Gobierno Civil investiga un incidente entre las Policías Municipal y Nacional

El gobernador civil de Madrid, Mariano Nicolás, ordenó ayer la apertura de una investigación para aclarar un incidente ocurrido entre las Policías Municipal y Nacional al intentar detener una patrulla de los primeros, en la puerta de la sede de Fuerza Nueva, a dos ultraderechistas que trataban de refugiarse en la misma después de agredir, sobre las 9.30 de la noche del miércoles, a dos jóvenes que tuvieron que ser atendidos de sus lesiones en la casa de socorro de Vallehermoso.

Los policías nacionales de servicio en la sede de Fuerza Nueva, según el parte redactado por los municipales y de acuerdo con la versión constatada por este periódico en medios oficiales, impidieron la actuación de los municipales. Esta falta de coordinación, que facilitó la huida de dos agresores, ya se ha repetido en otras ocasiones. El incidente ocurrió cuando una Unidad de Protección Ciudadana de la Policía Municipal fue requerida, mientras circulaba por la calle de Fuencarral sobre las 9.30 de la noche del miércoles, por dos jóvenes, uno de los cuales sangraba abundantemente por la cara. Estos manifestaron que habían sido agredidos, a los gritos de "Viva Cristo Rey", por tres personas, junto al número 54.Los dos jóvenes fueron recogidos por la dotación del coche patrulla, que procedió a buscar por la zona a los agresores. Tras varias vueltas, los agredidos reconocieron a sus agresores junto a la sede de Fuerza Nueva, en la calle de Mejía Lequerica, cuando bajaban de un automóvil. La patrulla les dio el alto pero los ultras emprendieron una veloz carrera, siendo perseguidos por los municipales. Uno de los miembros de la patrulla corrió tras los agresores logrando agarrar a uno en el mismo portal de la sede de Fuerza Nueva, momento en el que un grupo de militantes de este partido rodeó al policía, ante el que uno de ellos se identificó como integrante del servicio de seguridad de Fuerza Nueva. El policía guardó en ese momento su arma reglamentaria, lo que aprovecharon los fuerzanovistas para liberar al retenido, mientras uno de ellos, que se encontraba tras el policía, le hizo una llave de judo en el brazo izquierdo arrojándolo a la calle. Otro policía municipal logró detener en un pub situado en la calle de Carranza a otro de los dos ultras que habían huido por la calle de Alvarez Quintero. El detenido fue trasladado a la comisaría de Centro, donde se instruyen las oportunas diligencias. El detenido se llama Julio Antonio Arroyo Pérez, de diecinueve años, que vive en la calle Libertad, número 37.

Posteriormente, un miembro de la patrulla municipal observó que un individuo que se encontraba en las inmediaciones de la sede de Fuerza Nueva estaba tomando las matrículas de los vehículos; policiales, por lo que le fue requerida la documentación, momento en el que emprendió la huida hacia el portal de dicha sede. Al intentar retenerle, los policías nacionales de servicio en la sede de Fuerza Nueva obstaculizaron la acción de aquellos, momento que aprovechó el individuo perseguido por los municipales para darle una patada en los testículos a uno de ellos. La Policía Nacional conminó a los municipales para que abandonaran el lugar. Ante lo ocurrido, varios miembros de la Policía Municipal requirieron, sin éxito, la presencia de algún dirigente de Fuerza Nueva para que les fueran entregados los individuos refugiados en la sede de este partido para entregarlos en la comisaría. Las dos personas agredidas son el cabo primero del Ejército Fernando Simón Bedía, de dieciocho años, y Angel López del Bosto, de diecisiete. El primero presentaba heridas contusas en cara, cuello, manos y brazos.

El alcalde, Enrique Tierno, remitirá hoy al Fiscal General del Estado la información de un periódico madrileño, por si es constitutiva de delito de difamación de la Policía Municipal, y un informe de las actuaciones municipales, para depurar posibles responsabilidades de otros cuerpos de seguridad y del partido político implicado en los hechos. Fuerza Nueva atribuyó ayer a la Policía Municipal "abuso de autoridad, empleo o uso de armas con agresiones y lesiones y allanamiento de domicilio de un partido político legalmente reconocido", y añadía que Ia actitud serena y responsable del servicio de seguridad, así como la de los militantes que se encontraban en el recinto, evitó que se llegase a consumar una masacre."