Nueva polémica sobre los orígenes de la imprenta
En junio se subasta en Londres el "Libro de Horas", de Coster, impreso 20 años antes que la "Biblia" de Maguncia
"El hecho de que la imprenta haya durado por lo menos cinco siglos ya es un triunfo, porque muy pocos inventos han estado vigentes tanto tiempo". Esto es más importante para el especialista Lorenzo Ruiz, bibliotecario del Estado y director de la biblioteca del Cuartel General del Aire, que la discusión sobre la paternidad de la imprenta, "porque se puede decir que el origen de la imprenta es colectivo, se da un intento simultáneo de varios orfebres por sustituir las letras de madera por tipos móviles en metal. No está claro quién pudo ser el primero, pero sobre la hipótesis de Gutenberg existen más documentos de apoyo que sobre cualquier otra teoría".Christopher de Hamel sostiene que las doce letras rojas iniciales del libro de horas que va a ser subastado en Londres fueron impresas con tipos móviles en metal en 1430, en la localidad holandesa de Haarlem. Esto no haría sino confirmar una leyenda construida en torno a Coster, que está considerado como un héroe local y que incluso tiene una estatua dedicada en una plaza pública de Haarlem, aunque muy pocos vecinos parecen creer esta historia.
La leyenda parte de una alusión a Coster como preimpresor de la era Gutenberg en el Cologne Chronicle, que data de 1499. Esta creencia ganó popularidad en la segunda mitad del siglo XVI. Ahora el investigador inglés está convencido que del análisis del libro de horas se desprende la necesidad de analizar la exacta naturaleza de la historia de Coster.
"Sobre estas hipótesis del origen -Coster o Gutenberg de por medio- de la imprenta no se puede ni asegurar ni negar nada", ha dicho Justo García Morales, especialista en archivos y bibliotecas, profesor de la Escuela de Bibliotecarios y director del Centro del Tesoro de la Biblioteca Nacional, porque estos trabajos son a veces simultáneos. Lo que decide o hace inclinarse a los expertos por un autor o por otro son las pruebas documentales, generalmente documentos administrativos, porque ni Gutenberg ni Coster dejaron sus nombres en las obras que ellos imprimieron".
Piratas de tipos móviles
Según las fuentes en las que se apoya Christopher de Hamel, Gutenberg habría utilizado los tipos móviles como consecuencia de una acto de piratería. Un ayudante de Coster robó el secreto a su maestro y lo entregó a Gutenberg en Maguncia. Coster (su verdadero nombre era Laurens Janszoon, como el de Gutenberg era Johannes Gensfleisch) inventó, según algunos testimonios, los caracteres de imprenta que esculpió en madera separadamente y los ensambló. Con ellos imprimió un librito de ocho páginas escritas por las dos caras, que contenía el alfabeto, la oración dominical y el símbolo de los apóstoles u Horatium.
El origen de Gutenberg
Coster, sobrenombre equivalente a sacristán, porque era empleado de la iglesia mayor de Haarlem, podría haber nacido en 1370 y murió en la misma ciudad, a consecuencia de una de las plagas de entonces, en 1440. Murió antes de que el nuevo arte de imprimir fuera perfeccionado. No consta que tuviera ningún contacto con Gutenberg hasta que el criado y ayudante de Coster hizo llegar al impresor de Maguncia los secretos de Coster.
La vida de Gutenberg es tan rara o más que la de Coster. Parece que era de origen noble, porque se puso el nombre de la finca zum Gutenberg, que pertenecía a su familia. Nacido en Maguncia en la última década del siglo XIV, se dedicó especialmente a la talla de piedras preciosas y trabajó en la fabricación de espejos y después en una técnica rodeada del más riguroso secreto, pero identificable con el procedimiento de la impresión con caracteres móviles.En 1450 Gutenberg utilizó estos tipos móviles, con los que poco más tarde imprimió la Biblia. Su asociación económica y técnica con Johann Fust terminó con la ruina económica del primero, quien perdió todo su material tipográfico. Pudo, sin embargo, reemprender sus actividades tipográficas hasta que le sobrevino la muerte en 1468, pero no pudo en todo este tiempo alejarse de los problemas económicos. Sucedió con Gutenberg lo que ha ocurrido a lo largo de la historia con otros muchos inventores: su vida estuvo cargada de dificultades y precisamente no fue él el que se aprovechó de las grandes ventajas económicas de uno de los inventos que más tiempo han resistido el paso de la historia.
Debate de los manuscritos y los impresos
Para Nicolas Barker, director del departamento de conservación de la Biblioteca Británica, la teoría de Christopher de Hamel acerca del protagonismo inicial de Coster es una nueva contribución al debate que existe para esclarecer los orígenes de la imprenta. "Se están haciendo ahora muchos descubrimientos sobre la interrelación entre los primeros libros impresos y los manuscritos anteriores, lo que demuestra que ambos no se encontaban tan separados". El Libro de horas atribuído a Coster, en tinta negra e ilustrado con miniaturas barnizadas en oro, y que forma parte de una colección del prínciipe de Fürstenberg, es una aportación más a este controvertido debate.
Los especialistas no tienen dudas a estas alturas de que Coster fue uno de los padres de la imprenta, pero afirman que Gutenberl, tiene un mayor liderazgo en este tema porque, aunque este último quizás viera obras impresas de Coster, ninguna técnica importante pudo haber aprendido del holandés. Fue Gutenberg quien ideó y aplicó la construcción de un instrumento de fundición práctico para la producción de los tipos, y, con ello posibilitó el empleo efectivo del método, como sostiene Svend Dahl.
Que fuera Coster o Gutenberl, el inventor de la imprenta tiene, una significación relativa para la historia de estas técnicas, según señalan Justo García Morales y, Lorenzo Ruíz. En China ya se utilizaban los tipos sueltos, construidos en madera, tres siglos antes, aunque parece que la invención en Occidente se realizó con absoluta independencia de los modelos, orientales.
La carrera por imprimir
A pesar del secreto que se mantenía en torno a los diversos equipos que trabajaron en los tipos móviles, especialmente en el equipo en el que estaba Gutenberg, la imprenta se difundió doce años después por Europa, debido en gran parte a que, al ser saqueada. Maguncia en 1462, y prohibidas las imprentas, los impresores tuvieron que huir y se dispersaron. Veinte años después ya se estaba. imprimiendo en los principales lugares de Europa.
En este punto es donde diversos países europeos se disputan también el honor de haber adoptado lo antes posible el invento de Gutenberg. Francia, Países Bajos, Italia, en todos ellos se tiene conocimiento de libros impresos en un período de veinte años después de Coster o Gutenberg.
España fue también uno de los primeros países que acogió este arte o industria. Ciudades como Valencia, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Segovia y Palencia aspiran
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a considerarse las primeras en utilizar el nuevo invento, entre quince y veinte años después que se utilizara en Maguncia o en Haarlem.
Para los especialistas, estos datos, aunque importantes para conocer los orígenes, son anecdóticos a la hora de analizar el fenómeno de la impresión en serie. "El problema", ha dicho Justo García Morales, "no es la historia del libro en sí, sino el cambio que la aplicación de la imprenta supuso para la información en el sentido de que posibilitó el acceso a la cultura de un público numeroso y asentó las bases de lo que en nuestros días se conoce como medios de comunicación de masas".
Imprenta y medios de comunicaciónHoy día la imprenta tan sólo es una de las muchas técnicas, pero no la única, que existen para reproducir textos e ilustraciones en un soporte duradero y con un número seriado de copias idénticas.
Durante cinco siglos, la imprenta ha mantenido el monopolio de la transmisión de información, pero este papel ha cambiado seriamente con la explosión de los medios audiovisuales. No obstante, sigue manteniendo un vasto campo de acción y de influencia.
La moderna concepción de la comunicación social sólo ha sido posible desde que han comenzado a funcionar auténticos medios de comunicación y masas o grupos heterogéneos y distantes pero intercomunicados.
Las bases de esta situación histórica se sentaron a partir de la aplicación de la imprenta y el posterior desarrollo del comercio y del correo. La era adulta de las comunicaciones de masas sólo se consiguió en el siglo XIX y sobre todo en el siglo XX.
Hasta el siglo XIX, con las aplicaciones de la máquina de vapor a las industrias, y, por supuesto, a la industria de la imprenta, no hubo grandes avances en los sistemas de impresión.
La introducción del papel continuo, el hueco y el offset, y sobre todo la fotocomposición, púramente electrónica, han puesto en un punto crítico los sistemas de impresión dependientes de la imprenta.
La informática, aplicada a modernos sistemas de rayos láser, marca la muerte de la imprenta como medio más importante de reproducción masiva de información. Los videosistemas, apoyados en la electrónica y el trabajo con imágenes y textos en tiempo real, sustituirán en un plazo medio y largo el protagonismo que hombres como Coster o Gutenberg se disputan ahora.
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