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Schmidt impuso su línea en el congreso de la socialdemocracia alemana

El canciller federal alemán, Helmut Schmidt, impuso su línea política en todos los puntos controvertidos -energía nuclear y política de defensa- en el congreso del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), que concluyó ayer en Munich. Después de cinco días de interminables discusiones concluyó el congreso del SPD en Munich con la canción "Cuando avanzamos codo con codo y cantamos las viejas canciones sentimos que tenemos que conseguirlo. Con nosotros marchan los nuevos tiempos".

Cuando los delegados terminaron de cantar, un grupo de jóvenes entre el público inició el We shall overcome (Venceremos, algún día venceremos). Eran las voces de la nueva generación y el movimiento pacifista dentro del partido, que fueron derrotados completamente en las votaciones sobre política exterior y de seguridad. En la noche del jueves, dos tercios de los delegados del SPD aprobaron la resolución oficial de apoyo al doble acuerdo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que prevé el estacionamiento de los nuevos cohetes euroestratégicos -Pershing 2 y misiles Crulse- en el territorio de la RFA y, al mismo tiempo, negociar el desarme.La argumentación de los sectores pacifistas del SPD estuvo marcada por tonos de desconfianza hacia la política del presidente norteamericano, Ronald Reagan, oposición al estacionamiento de los nuevos cohetes e intentos de establecer lazos con el nuevo movimiento de paz norteamericano.

El canciller Schmidt argumentó sobre la necesidad de fortalecer su posición cara a los aliados occidentales y la cumbre de la OTAN del próximo 10 de junio en Bonn. Sin necesidad de recurrir, como en otras ocasiones, a la amenaza de dimisión, el congreso votó la resolución que quería Schmidt. Los partidarios de la política de defensa del Gobierno arguyeron que, si se introduce una, moratoria en el estacionamiento de los nuevos cohetes atómicos, la Unión Soviética no tendría interés en concluir las negociaciones de Ginebra.

Con una denuncia de los pacifistas dentro de su partido, Schmidt se mostró incapz de representar un papel integrador en un mimento en que el SPD pierde notos entre os grupos pacifistas y ecologistas. La factura política podría llegar en las próximas elecciones regionales del 6 de junio, en Hamburgo, y del 26 de septiembre, en Hesse.

En el debate sobre energía nuclear, el congreso aprobó también por completo la línea propuesta por Schmit de no introducir una moratoria en la construcción de nuevas centrales nucleares. El SPD, en Munich, se mostró como una maquinaria perfecta de apoyo al equipo de Gobierno y al canciller Schmidt, pero el partido no mostró ni impulso ni perspectivas para superar la crisis. El programa económico de lucha contra la recesión notiene más valor que para incluirlo en los archivos. Los liberales y su presidente, Hans-Dietrich Genscher, anunciaron ya que no cuenten con ellos para relanzar la economía a base de nuevos impuestos sobre las clases más fuertes económicamente.

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