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Pertini evita una crisis de Gobierno en Italia

Juan Arias

El presidente de la República Italiana, el anciano socialista Sandro Pertini, ha utilizado toda su autoridad moral para evitar en estos días una grave crisis de Gobierno que hubiera conducido inexorablemente, según todos los observadores, a elecciones anticipadas.La gota de agua que había colmado el vaso habían sido unas declaraciones del ministro del Tesoro, el democristiano Nino Andreatta, contra los socialistas acusándoles de preparar para Italia un socialismo nacional.

La respuesta de los socialistas fue inmediata: Andreatta debe dimitir, y todos dieron como un hecho la crisis de un Gobierno que en los últimos tiempos estuvo varias veces al borde del precipicio por las polémicas internas entre los ministros democristianos y los socialistas.

La tregua en la polémica la ha obtenido el presidente Pertini, quien había declarado a los líderes políticos que "no había dormido en toda la noche", pensando en la hipótesis de tener que disolver por segunda vez el Parlamento durante su mandato.

Aunque personalmente no tiene los poderes constitucionales para impedir una crisis, puso todos sus esfuerzos para convencer a los secretarios de los partidos que integran el Gobierno para que no provocaran una crisis en el momento en que se trata la aprobación de la ley financiera y el presupuesto del Estado, y en vísperas del importante congreso democristiano.

Los más intransigentes eran los socialistas, que pedían un desagravio público después de los ataques del ministro del Tesoro. Lo hizo el mismo Pertini. Llamó a Bettino Craxi, secretario general del partido socialista, a quien le declaró que la actitud del ministro democristiano era "lamentable y que expresaba al partido socialista toda su solidaridad personal y de jefe del Estado por los ataques recibidos".

Craxi reunió a la dirección del partido, a quien comunicó los deseos del presidente de la República de "responder con un gesto de responsabilidad a un gesto de irresponsabilidad".

La dirección socialista dio el apoyo al Gobierno, pero con una condición: aprobada la ley financiera, y una vez celebrado, el 2 de mayo próximo, el congreso democristiano, es necesaria una reunión entre los partidos integrantes de la coalición gubernamental para plantear todos los problemas pendientes y buscar, si las hubiera, las posibilidades de formar un nuevo Gobierno capaz de resistir con estabilidad hasta finales de la actual legislatura.

En resumen, se trata de una tregua de unas semanas para no enfrentarse a la voluntad expresa del popular y respetado presidente de la República, Pertini, que dentro del socialismo italiano tiene, por otra parte, un importante peso moral, siendo él mismo militante socialista.

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