La oferta de Breznev hace inevitable la "cumbre" con Reagan

El Kremlin ha tomado la palabra a la Casa Blanca y, salvo Imprevistos, ninguna de las dos partes parece poder evitar una cumbre entre los presidentes Ronald Reagan y Leónidas Breznev, estimaban ayer medios diplomáticos de Moscú después de conocer la oferta hecha por el líder soviético a su homi5logo norteamericano para celebrar un encuentro en octubre.Por medio de una entrevi.sta concedída a Pravda, órgano del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Breznev ha formalizado la sugerencia de un "encuentro informal" hecha el pasado día 5 por Reagan, proponieiido una verdadera cumbre el mes de octubre en Finlandia o Suiza. A la oferta del presidente norteamericano, que había propuesto "de una forma vaga" entrevistarse con Breznev en Nueva York con motivo de una sesión de la ONU sobre desarme, ha respondido el secretario general del PCUS, se subraya en medios soviéticos, "con seriedad" y, como él mismo dice, de una forma "clara y neta".

La oferta de Breznev no es sorprendente. Sólo ha desorientado a los que hacían correr otra vez por Moscú la voz de que el número uno soviético había muerto en la noche del viernes al sábado.

Al día siguiente de las decliraciones de Reagan, recibidas en Moscú como un desafío, medios informados soviéticos dejaron entender que la pelota podía muy bien ser jugada a fondo y que el presidente norteamericano se equivocaba si pensaba poder especular con la salud de Breznev para dedicarse a un puro ejercicio de propaganda interior.

La pasada semana, una alta personalidad del Comité Central del PCUS había precisado que el líder soviético podía aceptar el principio de un encuentro. De hecho fue el propio Breznev quien, durante la celebración del 26º congreso del PCUS, en febero de 1981, hizo la oferta de esa cumbre.

Nada de reunión informal

En la entrevista de Pravda, Breznev critica la forma del ofrecimiento hecho por Reagan. "Nosotros siempre hemos sido partidarios de tales encuentros", dice el líder soviético, "pero está claro que un encuentro entre el presidente norteamericano y yo debe ser cuidadosamente preparado y seriamente organizado, y no realizirse a la ligera, con motivo de tal o cual foro. internacional".La primera reacción de la Casa Blanca, hecha pública en pleno fin de semana a través de un portavoz, ha sido la de anunciar que la propuesta soviética será estuidiada, pero que mientras tanto "el presidente Reagan mantiene su esperanza de que Breznev acuda a las Naciones Unidas el próximo mes de junio y encontarse con él", lo que, como se acaba de ver, no tiene excesivo sentido para Breznev.

Tanto en la forma como en el fondo, la contrapropuesta de Breznev tiene como primer veilor, dicen los observadores soviéti,cos, el de probar las verdaderas intenciones de Washington más allí de los rumores sobre la salud de Breznev. Más profundamente la iniciativa soviética se inspira en la convicción existente en el Kremlin de que sólo una cumbre podría sacar del atolladero la laboriosa y crucial negociación sobre desarme, un problema que podría tener serias repercusiones sobre la evolución política interior soviética.