Desesperanza y tensión en la cuenca minera

Desde que se inició el conflicto el pasado día 28 de marzo, hoy ha sido sin duda el día de mayor tensión en la cuenca minera de Badajoz y Huelva, creciendo el número de acciones de protesta y respirándose un clima de desesperanza de cara a un desenlace positivo del problema.Ya son 322 los encerrados en seis pueblos: Arroyomolinos de León, Cala, Real de la Jara, Jerez de los Caballeros, Fregenal de la Sierra y Santa Olalla de Cala. En huelga de hambre permanecen veinticinco personas. Entre los encerrados hay que contabilizar ahora a quince jóvenes más que permanecen en otra iglesia de Fregenal de la Sierra. Quizá sea en este última localidad donde el clima de tensión es mayor. Un número aproximado de dos mil personas se concentró en la plaza para pedir que los encerrados en huelga de hambre abandonen su actitud, ya que entienden, según el teniente de alcalde, Emillano Flores, que "alguien pretende que los huelguistas echen a paseo su pellica".

Las declaraciones de uno de los alcaldes desplazados a Madrid en el sentido de que podría llegarse a situaciones violentas son interpretadas por Antonio Rosas, de UGT, "como el eco de la realidad que viven estos pueblos. No se trata -ha dicho- de una exposición personal del alcalde, sino del sentir de toda una comarca".

Más de cuatrocientos alumnos de Jerez de los Caballeros han protagonizado una manifestación ante el ayuntamiento después de mantener un paro en sus centros escolares, situación extensible también a Cala , Fregenal de la Sierra y otros pueblos. En Higuera la Real el paro ha sido total.

Hay una cierta sensación de pesimismo en la zona, entendiendo que el proyecto de la planta está aún en el aire. "Si abandonamos la mina", han dicho los encerrados en Cala, "será para tomar medidas de presión mucho más fuertes". Un sacerdote de Fregenal de la Sierra ha trasladado a los encerrados en la galería de Cala un donativo y alimentos por valor de un cuarto de millón de pesetis. La solidaridad es tal que los propios encerrados han pedido que no se les mande más alimento porque corren el peligro de deterioro.