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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El loco de Jerusalén

LA TEORIA del loco abunda mucho en política. Un loco -por ejemplo- mata a un archiduque austriaco en Sarajevo, y estalla la primera guerra mundial. La teoría contraria es la versión paranoica de la historia: nada se mueve -ni los locos, ni los azares- si no es por un designio superior, y para producir unos efectos determinados. El suceso del vengador de Jerusalén -un judío americano que dispara contra la multitud de fieles musulmanes en la mezquita de Omar, en Jerusalén, y produce una matanza de árabes- parece encajar muy bien con la del loco aislado. Pero hasta la casualidad tiene sentido cuando se produce en. un polvorín como lo es Jerusalén, como lo es en estos momentos todo Oriente Próximo.El mundo árabe lo entiende como una agresión directa. El mundo árabe, se ha repetido, no es ya solamente el de los grandes dirigentes más o menos subdivididos, sino el de una masa musulmana que cree oír voces de que ha llegado el momento de sus viejas reivindicaciones, el que está regresando a la chilaba, al velo y a las oraciones diarias después de haber intentado una occidentalización en la que ha sido rechazado. La sombra de Jomeini es mucho más larga de lo que parece. Llega hasta El Cairo. Egipto., después del asesinato de Sadat -algo más que una casualidad- está esperando que le devuelvan el Sinaí, dentro de trece días; y nadie sabe lo que hará después. Hay fuerzas dentro de Israel que tratan de evitar -todavía- esa devolución. Ayer mismo, un portavoz cualificado del gobierno israelí hablaba de congelar la retirada. No les basta que se les compense con la rápida e ilegal -si tenemos como legalidad los acuerdos de la ONU y una vaga jurisprudencia internacional acerca de que nadie debe anexionarse lo que ocupó militarmente- incorporación del Golán. No siempre se cumple esa ley: la anexión de las Malvinas por los militares argentinos está recibiendo buen trato internacional. Es -si no se ataja- un precedente. Nadie puede decir que un derecho que se remonta al principio deI siglo XIX sea más o menos justo que otro que se establece en los orígenes de nuestra era, y en unos libros sagrados. Pero el tema de las Malvinas puede no ser solamente un precedente, sino una envoltura.

Ciertos acontecimientos internacionales suceden al amparo de la preocupación general por otros. Israel ha utilizado ese sistema más de una vez. Ahora se le supone en vísperas de otro golpe. La razón está en que Beguin, en minoría en el Parlamento, necesita hacer algo espectacular para recuperar su estabilidad, para compensar la pérdida del Sinaí y para que sus enemigos políticos sepan que si hubiera elecciones anticipadas las ganaría otra vez. Se habla de un ataque a Líbano con el objetivo de destruir campamentos de palestinos; pero quizá para inclinar a su favor la situación libanesa y para situar a Siria en un punto difícil.

No se puede acertar, en esa situación general, a discriminar si el criminal de la mezquita de Omar es un loco, o un loco manipulado, o un agente. Pero sí se sabe que su acción la ha cometido en un polvorín, y que muchos no se explican cómo, en una ciudad tan vigilada y tan pasada a criba como Jerusalén, puede llegar un hombre con un fusil ametrallador de asalto. No falta la interpretación contraria: que el supuesto loco estuviera manipulado por los musulmanes para crear una situación más exaltada entre los musulmanes del mundo. Lo cierto es que a estas horas las emisoras árabes piden venganza.

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El rey Hassan de Marruecos, que es presidente del comité especial de salvaguardia de Jerusalén, anunció ayer mismo su intención de llevar el tema de la "profanación" de la mezquita al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La unidad del mundo árabe se fragua mejor bajo la indignación. Desde Túnez, el presidente Burguiba ha pedido a los países islámicos que movilicen todas sus energías y se vuelvan contra "el agresor que trata de vaciar la tierra palestina de sus auténticos habitantes". El ministro de Asuntos Exteriores jordano afirma que lo ocurrido no es un hecho aislado sino que forma parte "de una serie de acciones ísraelíes dirigidas a juadaizar Jerusalén y a expulsar a sus habitantes árabes". El secretario general de la Liga Arabe, Chedli Klibi, ha dicho que la violación, a tiros, de los recintos sagrados "constituye una evolución peligrosa en la política de ocupación y pone al desnudo el verdadero rostro del terrorismo israelí". Desde el Golfo, llega también la protesta de Kuwait, que denuncia "la naturaleza bárbara y racista" de Israel. También el Congreso Mundial Islámico, con sede en Pakistán, pidió ayer a las Naciones Unidas y a las grandes potencias que hagan cesar la "ocupación sacrílega de Jerusalén.

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