La invasión de las Malvinas
Mucha gente anda alborotada, y satisfecha, estos días en España porque "por fin, alguien les ha dado una lección a los imperialistas británicos". Ciertamente no gozan de muchas simpatías los que ocupan el Peñón de Gibraltar o mantienen un ejército activo, operando brutalmente, en el Ulster. Pero habría que hacer algunas consideraciones: no es para alegrarse el que se cree un nuevo foco de conflicto que también caerá en el pudridero de la historia de la letra pequeña de los periódicos.Dejando al margen la pregunta ¿qué hacen los ingleses con una colonia tan lejos de casa en los tiempos que corren?, y a los expertos la respuesta de si la proximidad geográfica y el derecho internacional amparan a Argentina para anexionarse esas islas; éste ha sido un acto de guerra de uno de los regímenes políticos más brutales y, sucios de América. No hay que alegrarse y, sí sentir preocupación por los pacíficos, supongo, habitantes de las Malvinas, o Falkland, pues lo de circular por la derecha no es una metáfora./
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