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La apertura de la verja de Gibraltar, aplazada hasta el 25 de junio

La crisis de las Malvinas impone un aplazamiento de las conversaciones hispano-británicas sobre Gibraltar

Los Gobiernos británico y español, como consecuencia directa de la crisis de las Malvinas entre Argentina y el Reino Unido, han acordado suspender temporalmente las conversaciones sobre Gibraltar, que debían comenzar el próximo día 20, así como aplazar igualmente hasta el inicio de las conversaciones la apertura de la verja del Peñón. La decisión de ambos Gobiernos, alcanzada de común acuerdo y, según fuentes diplomáticas de ambos países, dentro del "mejor espíritu de entendimiento" fue anunciada a mediodía de ayer simultáneamente en Londres y Madrid en sendos comunicados hechos públicos por el Foreing Office y el Palacio de Santa Cruz.

En el comunicado, después de anunciar el aplazamiento de las negociaciones entre los dos países, cuya apertura debía tener lugar en Sintra el martes 20 de abril, aplazamiento que afecta igualmente al restablecimiento de "Ias comunicaciones directas" entre Gibraltar y su campo circundante, ambos Gobiernos ponen de manifiesto su intención de "mantener su compromiso, contenido en la declaración de Lisboa, a fin de solucionar todas sus diferencias sobre Gibraltar". El comunicado fija la fecha del 25 de junio próximo como el día señalado para que los dos ministros de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez Llorca y Francis Pym, se reúnan en la localidad portuguesa de Sintra, cercana a Lisboa, para iniciar la conversación prevista para este mes. Ese mismo día, ambos Gobiernos cumplirán sus compromisos adquiridos en Londres tras la reunión entre la primera ministra Margaret Thatcher y el jefe del Gobierno español, Leopoldo Calvo Sotelo, que comportan, por parte española, la apertura de la verja de Gibraltar y, por parte británica, el fin de la discriminación contra los españoles en el Peñón.Desde el día que se produzca la apertura de la verja, construida por los ingleses en 1908 sin permiso de las autoridades españolas, y adueñándose de 850 metros del istmo considerado hasta entonces como terreno neutral, los españoles podrán pernoctar en la Roca y gozarán de igualdad de derechos con los gibraltareños en los campos laboral, de sindicación y de Seguridad Social.

Clima inadecuado

A pesar de las reacciones iniciales de los ministerios de Asuntos Exteriores español y británico de que los preparativos para la negociación seguían en marcha, a pesar de la invasión argentina de las Malvinas, observadores de ambos países venían insistiendo desde hacía varios días en un aplazamiento de las conversaciones hispano-británicas ante la ausenciade un clima favorable para la negociación entre los dos países que pudiera conducir a un resultado aceptable y no a un fracaso anticipado.

Era impensable pensar que el nuevo secretario del Foreing Office y antiguo ministro de Defensa, Francis Pym, pudiera sentarse tranquilamente en una mesa negociadora para discutir la soberanía sobre una colonia británica como Gibraltar, cuando precisamente para uno o dos días antes del 20 de abril se prevé la llegada a las aguas del hemisferio austral de la poderosa flota británica enviada por el Gobierno Thatcher con el pretendido objeto de "liberar" otra colonia británica, las Malvinas, de sus actuales ocupantes argentinos.

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De ahí que resulte prudente el aplazamiento de las conversaciones hispano-británicas que, en un clima como el actual estaban condenadas, si no al fracaso, por lo menos a un aplazamiento sine die y que ambos gobiernos hayan reconocido de común acuerdo que el momento actual "no es el óptimopara negociar un tema tan complejo como el de Gibraltar por el que los dos países llevan luchando en todos los campos durante los últimos 278 años.

Al mismo tiempo, hay que señalar la nota positiva, subrayada en el comunicado conjunto, de que ambos Gobiernos están decididos a "mantener su compromiso, contenido en la declaración de Lisboa", de iniciar las conversaciones sobre Gibraltar dentro de dos meses, cuando el tema de las Malvinas esté en vías de solución o, por lo menos, no produzca la crispación que en estos momentos está produciendo en la opinión pública británica.

Las conversaciones, en la ciudad portuguesa de Sintra

Las conversaciones de Sintra entre los titulares de Asuntos Exteriores de los dos países, fueron acordadas al término de la reunión de alto nivel mantenida el pasado 8 de enero en Londres entre Margaret Thatcher y Calvo Sotelo. Dichas conversaciones supusieron un comienzo de desbloqueo del tema de Gibraltar, que se había convertido en "un diálogo de sordos" entre los dos países en los últimos veinte años, a pesar de las victorias diplomáticas conseguidas por España en las Naciones Unidas durante la época Castiella cuando se planteó en la organización internacional la cuestión de la descolonización del Peñón. El sentido común y la lógica parecen haber triunfado esta vez tanto en Londres como en Madrid al conseguir un aplazamiento en la discusión del espinoso tema de la negociación gibraltareña.

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