Política: un compás de espera
( ... ) El mundo político vive dos cuentas atrás: la del juicio al 23-F, que avanza hacia la hora "H" de las sentencias, y la de Andalucía, en lentísima aproximación al 23 de mayo, fecha de las elecciones a su propio Parlamento. Hasta que no termine el consejo de guerra al 23-F, la atención del país va a seguir más o menos prendida de la serie de happenings que salpican el desarrollo procesal en el Servicio Geográfico del Ejército. Se espera, sin embargo, que el consejo de guerra termine antes de que se celebren las elecciones andaluzas para que las tensiones de la vista no pesen en el ambiente electoral.De cualquier modo, la clase política permanece en actitud de decisiones caídas a la espera de las elecciones andaluzas. Hasta que no se conozca el resultado de las urnas, UCD seguirá siendo en apariencia una balsa de aceite y las relaciones entre UCD y AP discurrirán de un modo notablemente ambiguo. A partir del 24 de mayo, sin embargo, el espectro ideológico del Parlamento andaluz será analizado por los partidos estatales como un revelador sondeo con vistas a las elecciones generales. Y en ese momento se producirán mudanzas políticas muy espectaculares. Todo va a depender, sin embargo, del resultado que obtenga UCD. Si se cumplieran las profecías de Calvo Sotelo, y UCD superara cumplidamente a Alianza Popular, posiblemente las inquietudes democristianas del centrismo se amortiguaran. Y Calvo Sotelo, supuesto salvador del naufragio a su partido, podría abrír las puertas de UCD a su guardia de corps, los jóvenes liberales que permanecen aún fuera de la organización gubernamental.
7 de abril
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