Los precios agrarios, ¿dan respuesta al sector?,

Uno de los directivos de la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos, Eduardo Pe rea, analiza en este artículo el resultado de las negociaciones llevadas a cabo con la Administracción sobre precios agrarios así como la situación general de crisis que sufre actualmente la agricultura en España. Aprobadas en su día por el Congreso de los Diputados las partidas asignadas a agricultura en los Presupuestos Generales del Estado y adoptado por el Consejo de Ministros el pasado día 17, el acuerdo de fijación de precios de productos agrarios sometidos a regulación en la campaña 1982/1983 y actuaciones de apoyo al sector agrario, se entiende ha quedado definida en lo sustancial la política agraria para 1982, si bien ha de ser complementada con los reales decretos reguladores de las distintas campañas de producción.

Es posible, por tanto, el hacer ya una valoración de en qué medida puede dar respuesta eficaz a la grave crisis en la que el sector agrario está sumido.

Es cierto que la política agraria lógicamente ha de estar inserta en el interés general, y hoy es objetivo fundamental inexcusable el corregir el desempleo, y esto sólo es posible con un crecimiento moderado del PIB compatible con una reducción de varios puntos del IPC, tarea esta difícil de control persistente de la inflación en la que se viene actuando desde 1977.

Pero es cierto también que hay que cuidar que toda actuación en aras de un objetivo general no produzca desviaciones importantes que sacrifiquen aún más a determinados sectores. En primer lugar, por razón de justicia, no basta conseguir un bien general, sino, sobre todo, lo que es más importante, un bien para todos. En segundo lugar, por razón de eficacia, el grado de interrelación creciente entre los distintos sectores económicos hace necesario un equilibrio entre todos, porque la evolución negativa de uno produce inexorablemente el desajuste general del sistema.

Y el hecho agrario, del que participan, además del campo, los que le aprovisionan y aquellos otros cuyas producciones transforman y comercializan, representa, tanto en términos de empleo como del PIB, alrededor del 30%.

Nadie duda que el campo está en el peor momento de la historia conocida, e incluso en los últimos años, a pesar de la persistente crisis general, el sector agrario pierde posiciones en relación con los demás sectores.

El análisis de todos los indicadores agrarios así lo evidencia: renta por persona ocupada, renta empresarial respecto a la producción final agraria, nivel de endeudamiento, coste del endeudamiento... Y los efectos negativos de estos ratios no sólo afectan al campo, porque viene registrándose un descenso en la utilización de medios de producción, fundamentalmente fertilizantes y maquinaria y persistiendo para el agricultor el desajuste precios percibidos/ precios a pagar, los problemas agrarios pasan su factura al resto de los sectores, amenazando además al suministro alimenticio y a la balanza comercial.

Incremento del 12%

Y la política agraria a aplicar en 1982, ni por la acción de apoyo presupuestario ni por los precios recientemente aprobados, tiende a cambiar los signos negativos ya señalados. Las dotaciones al FORPPA, tanto para actuaciones de apoyo a la producción como para la financiación de las campañas, tienen unas magnitudes en térrninos monetarios equivalentes a. la de 198 1, y al no estar actualizadas, por tanto, en valores de 1982, hay que dimensionarlas como inferiores a la del año anterior.

Los precios agrarios aprobados representan un incremento en torno al 12%, con importantes desvíos -sólo el 3,84% el vino, frente al 18,18% el arroz-. Pero dada la heterogeneidad de situaciones que se consideran según el grado de intervencionismo de cada producto, hay que constatar que sólo nueve entre los diecisiete productos sometidos a regulación se verán incrementados en la realidad de los mercados, y para estos productos, que representan sólo la cuarta parte de la producción agraria, la subida media será del 8,27%.

¿Es suficiente este 8,27% para dar respuesta al 21,4% que subieron los costes de producción que: sí afectan a la totalidad del sector?

Los precios han sido propuestos al Gobierno por la comisión especializada del FORPPA, con el beneplácito de cuatro de las cinco organizaciones agrarias. Sin pérdida del respeto a toda opinión y actitud contraria a la propia, sí cabe lícita y legítimamente pensar si ha habido otras razones de tipo político que. han condicionado a las organizaciones que han los acuerdos.

Pero son los cientos de miles de agricultores de todo lo largo y ancho de la geografia española los que han de manifestarse.

Los precios agrarios, ¿dan respuesta al sector?

Eduardo Perea es directivo de la Confedera-

clón Nacional de Agricultores y Ganaderos.