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Un Estatuto político sustituirá a la Constitución guatemalteca

ENVIADO ESPECIALEl jefe de la Junta guatemalteca anunció ayer que los militares se disponen a gobernar y congeló las aspiraciones de los partidos políticos para que sean convocadas elecciones a corto plazo. El general Efraín Ríos Montt aprovechó un acto de masas, convocado en apoyo de las fuerzas armadas, para leer la cartilla a los dirigentes civiles.

"Estamos ante un momento histórico en Guatemala. Somos un Ejército que representa a un pueblo. Nuestras armas son ahora la garantía de ese pueblo". Con estas palabras, pronunciadas en tono de arenga, el número uno de la Junta tripartita que asumió el poder tras el golpe del 23 de marzo inició un discurso de diez minutos ante algunos miles de personas congregadas en la plaza principal de la capital, frente al Palacio Nacional.

Efraín Ríos Montt, en uniforme de campaña y con pistola al cinto, rodeado por una falange de tropas especiales antiguerrilleras, abandonó su monástica reclusión palaciega para proclamar ante sus simpatizantes que la Junta comenzará a legislar en cuanto tenga el trampolín de un mínimo instrumento jurídico.

Este instrumento de legitimación, que se denominará Estatuto Político de la Junta, está en su fase final de redacción y sustituirá a la Constitución suspendida a raíz del golpe de Estado.

El general Ríos Montt definió como objetivo básico del Gobierno "la creación de un marco legal para que el pueblo tenga instrumentos con los que reclamar sus derechos".

Con acento populista, mezcla de proclama y sermón, el general Efraín Ríos -que no en vano aprobó un curso de oratoria Dale Carnegie- hizo vibrar al auditorio al afirmar que "nosotros, los militares, no somos nada sino pueblo". "Necesitamos legislar y lo vamos a hacer ya con su respaldo; porque a los que están aquí no les han traído en camiones, ni les ha pagado dietas el Gobierno...".

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Ríos Montt volvió a prometer que no aspira a convertirse en presidente de la República y anticipó que su receta para hacer frente a los graves problemas de Guatemala es un consenso entre el pueblo (representado por la Junta) y las instituciones de derecho público. En el programa esbozado no faltó una referencia a las virtudes de la unidad familiar.

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