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El proceso por la rebelión militar del 23 de febrero

El oficial de la Guardia Civil Manuel Boza asegura que no participó en la agresión al teniente general Gutiérrez Mellado

La sesión de la tarde de la vista del juicio del 23-F continuó con el interrogatorio del teniente Ramos Rueda, quien a preguntas de su defensor, Antonio Hernández Griño, manifestó que entraron en el Congreso sin que nadie opusiera resistencia, y nunca pensó que las órdenes que recibió de su capitán rozaran la ilegalidad, aunque obedeció ciegamente. Asimismo, este teniente afirmó que creyó en todo momento que estaba cumpliendo el artículo 8 de la Constitución, que define los deberes de las Fuerzas Armadas. El teniente Manuel Boza, de su lado, negó que participara en el incidente con Gutiérrez Mellado, y estimó que no se hizo violencia sobre éste.

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El letrado le preguntó si le pareció que le dieron órdenes extrañas, y el procesado relató que hace dos años, con motivo de una huelga de transporte, el ministro del Interior, Juan José Rosón, les ordenó obligar a los taxistas que no fueran de Madrid a que se dieran la vuelta. El abogado apostilló entonces que Rosón ignoraba el artículo 19.1 de la Constitución -libertad de desplazamiento-, comentario que el presidente rechazó como inconveniente.A preguntas de los defensores de otros procesados, Ramos Rueda dijo que había hablado durante la ocupación del Congreso dos veces con Manuel Fraga, y también con Landelino Lavilla, el alcalde de Madrid, el ministro de Sanidad y otros muchos. "A algunos de ellos los acompañé a llamar por teléfono. Incluso un señor de Valencia (parece referirse al diputado centrista Emilio Attard) me dijo que estaba dispuesto a declarar en mi favor por mi buen comportamiento". El defensor del teniente Boza preguntó sobre el incidente con Gutiérrez Mellado, a lo que el Procesado dijo que Boza estaba tras él, a unos cuatro metros, y no intervino.

Seguidamente comenzó el interrogatorio del teniente de la Guardia Civil Jesús Alonso Hernáiz, para quien el fiscal pide tres años de prisión y separación del cargo, acusado de participar en el asalto al Congreso. Estaba a las órdenes del capitán Muñecas y fue el encargado de vigilar a los líderes políticos que que fueron llevados aparte. A preguntas del fiscal reconoció que en el camino desde Valdemoro al Congreso tuvieron algunos parones por retenciones de tráfico, pero agregó que no vió ningún coche aparcado en segunda fila en el Paseo de las Delicias (El fiscal se refería al coche del CESID que, según el capitán Muñecas, guió al autobús de sus guardias desde el paseo citado).

-Fiscal: ¿Hubo violencia cuando se ordenó a los diputados que se tiraran al suelo?

-Alonso: Creo que no.

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-Fiscal: Yo pienso que los diputados no se tirarían al suelo por propia voluntad...

-Alonso: Yo tampoco.

-Fiscal ¿Sabía que estaban retenidos los diputados?

-Alonso: Bueno, yo lo que sabía era que estábamos esperando todos una autoridad militar.

Indicó el teniente Alonso más adelante que su misión fue relevar a los guardias que vigilaban en el salón de los relojes a Felipe González, Gutiérrez Mellado, Alfonso Guerra, Santiago Carrillo y Agustín Rodríguez Sahagún. Después afirmó que no vió que se ejerciera violencia o coacción, y añadió que no vió el incidente con Gutiérrez Mellado, porque no había llegado, ni tenía noticias de que se ejerciera violencia con el general Aramburu.

No sabía lo que ocurría

Dijo más adelante que no se enteró de cómo se iban desarrollando los acontecimientos, y que del bando de Milans sólo conoció el final, donde decía "Viva el Rey" y "Viva España". Del mensaje del Rey afirmó que conocía su existencia, pero no su contenido.

A preguntas de su abogado el teniente Alonso dijo que acató siempre las órdenes de su capitán. De los restantes letrados sólo le preguntó el defensor del teniente Alvarez Fernández, que hizo una única pregunta: si los autobuses en los que fueron los guardias civiles al Congreso pertenecían al Cuerpo, a lo que el procesado respondió que sí.

Fue llamado luego a declarar el teniente de la Guardia Civil Manuel Boza Carranco, que el 23-F pertenecía también al subsector de tráfico, para quien el fiscal pide una pena de cuatro años de privación de libertad y separación del servicio, acusado de participar en la ocupación del Congreso y de interceptar al teniente general Gutiérrez Mellado.

El procesado declaró que, como ya dijo al juez instructor, Tejero decía el 23-F, antes de ocupar el Congreso, que la operación era irreversible, y que si no se apoyaba, se estaría en contra del Rey.

Dijo en su declaración el teniente Boza que se le encomendó la misión de lograr que la Guardia Civil mantuviera el orden y la tranquilidad, y que vió desde una distancia de cinco metros el incidente con Gutiérrez Mellado.

-Fiscal: Pero en la foto del incidente se le ve a usted con la pistola empuñada...

-Boza: Sí, en la posición reglamentaria, porque no sabía con lo que me iba a encontrar.

Dijo a este respecto el declarante que no le pareció que se ejerciera violencia física contra Gutiérrez Mellado y que no sabe si el que retuvo al entonces vicepresidente de Gobierno era un guardia o un oficial. Después manifestó que leyó el mensaje del Rey en un télex y reconoció que el contenido del mismo discrepaba "un poco" de lo que le había dicho el teniente coronel Tejero. Agregó que creía que tanto su capitán como Tejero conocían el mensaje.

-Fiscal: ¿Los integrantes de la columna de la División Acorazada prestaron algún servicio mientras estuvieron en el Congreso?

-Boza: Yo creo que ninguno.

-Fiscal: ¿Se enteró usted de las condiciones en que quedaban los tenientes a tenor del escrito de rendición?

-Boza: No. Me he enterado aquí.

Al concluir el interrogatorio del fiscal el abogado defensor de este teniente, Manuel Novalvos, formuló una serie de preguntas a su patrocinado. Boza declaró entonces que la orden de ir al Congreso se la dio su mando natural y que no sabía lo que se iba a encontrar al traspasar el umbral del hemiciclo del Congreso.

A ver lo que pasa

-Novalvos: ¿Cuándo un oficial de la Guardia Civil escucha disparos, va a ver lo que sucede o se da media vuelta?

-Boza: Va a ver lo que pasa.

-Novalvos: ¿Es cierto que pidió explicaciones a su capitán, cuando usted escuchó el mensaje del Rey?

-Boza: Sí.

-Novalvos: ¿Es cierto que su capitán le dijo que había que esperar acontecimientos?

-Boza: Exactamente.

-Novalvos: ¿Cumplió siempre las órdenes de su mando natural?

-Roza: Así es.

Cuando el letrado del teniente Boza dijo que no tenía más preguntas que hacer a su defendido, el presidente del Tribunal indicó al resto de los abogados que podían interrogar al referido oficial. El único que formuló preguntas fue Jaime Tent, defensor del capitán Abad. Manifestó entonces el teniente Boza que vio en el Congreso, hacia las dos de la madrugada del día 24, al superior del capitán Abad, el comandante jefe del sector de Tráfico.

-Tent: Eso fue después del mensaje del Rey...

-Boza: Sí.

-Tent: ¿Sabe si el comandante del sector ordenó al capitán Abad abandonar el Congreso con las fuerzas a sus órdenes?

-Boza: No lo creo.

Los restantes letrados renunciaron a interrogar a este oficial de la Guardia Civil, Lo hizo en cambio un miembro del Tribunal, el consejero togado Juan Luis Fernández de Mesa. A sus preguntas el teniente Boza respondió afirmando que el capitán Abad le dijo que el Rey apoyaba el servicio que iban a realizar, y que entró en el hemiciclo con la pistola empuñada "porque no sabía qué me iba a encontrar allí".

A las 17.40 horas el presidente del Tribunal levantó la sesión hasta las 10.00 horas de mañana, ya que hoy se reunirá el Consejo Supremo de Justicia Militar para despachar asuntos pendientes.

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