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El Congreso Internacional de la Familia condena el aborto

Los asistentes que siguen reuniéndose en la Fundación Pablo VI pueden concluir hoy sus trabajos con un documento, a modo de proyecto de carta magna de la familia, vencidas las objeciones de quienes dudaban de la representatividad y personalidad jurídica de este congreso, y con un texto más plural que el del anteproyecto inicial, aunque el aborto seguirá siendo rechazado frontalmente.Este congreso no trabaja sobre ponencias democráticamente preseleccionadas, discutidas y enmendadas en comisiones para ser posteriormente aprobadas en los plenos. Sí existen ocho comisiones de libre discusión, pero es la comisión cero, cuyo coordinador es Luis Alberto Petit, presidente de la Confederación Católica de Padres, la que se ha reservado la redacción del proyecto de declaración universal. "Ese texto final", comentaba Ramón Reñé, vicario pastoral de Madrid, "será más abierto que el anteproyecto inicial, ya que ese nació de un núcleo español homogéneo y cercano a una concepción católica de la familia.

Pero el nuevo texto incluirá otras perspectivas, tal y como defienden sobre todo algunos extranjeros". El pluralismo y la aconfesionalidad, a la que se referían los organizadores el primer día, hay que entenderlos más como una meta que como un punto de partida.

Las expectativas con que los asistentes han venido a este encuentro son dispares. Los hay, como ha repetido Alfredo Muñoz Hidalgo, uno de los animadores, que quieren poner en marcha un proceso amplio de sensibilización sobre los problemas de la familia, sin limitarse a un modelo determinado, sino dando cobijo "a cuantas formas deriven de unas señas naturales de identidad".

Otros, los que han influido en los documentos previos, vienen a defender el modelo occidental y cristiano, con sus secuelas de rechazo del aborto, libertad de enseñanza y "la familia, célula base de la sociedad".

Como decía una participante castellana de la Federación de Viudas, "aquí hay muchos de los movimientos familiares del Movimiento (Nacional)", añadiendo que estuvo a punto de no venir porque la pedían 20.000 pesetas, que luego rebajaron a 7.000, y que "me han dicho que no me preocupe, que ya me lo pagarán".

Unos y otros convienen en señalar que ya en el anteproyecto la defensa de la familia desborda al matrimonio canónico, reconociendo "los derechos de las unidades familiares, de carácter monógamo y heterosexual, no formalizadas jurídicamente", pero que sean estables, "y eso es mucho para los asistentes del Opus Dei", comentaba un clérigo.

Al tener noticia uno de los dirigentes de la sentencia exculpatoria de Bilbao, referida a las mujeres acusadas del delito de aborto, replicó que aquí se había aprobado la propuesta de que "el aborto es un atentado directo contra el derecho a la vida del concebido y no nacido".

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