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La Comunidad Económica Europea cumple 25 años

Larga lucha entre la supranación y los intereses estatales

El 25 de marzo de 1957 seis países (Bélgica, Francia, Holanda, italia, Luxemburgo y la República Federal de Alemania) firmaban los tratados, en Roma, por el que se creaban la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM). Previamente, el 18 de abril de 1951 estos mismos países habían creado la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA).Surgida entre las tensiones de una aspiración supranacional y una realidad con marcados tintes nacionalistas, la CEE ha sobrevivido durante los últimos veinticinco años a varias crisis y ha conseguido indudables avances en los que eran sus objetivos fundamentales: la eliminación de las restricciones en los intercambios comunes y el establecimiento de una política comercial común frente a los países no miembros, el desarrollo de una política económica coordinada y la su presión de las medidas restrictivas del libre juego de la competencia.

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Primeros esfuerzos

En una primera etapa, que se extiende de 1958 a 1969, los principales esfuerzos se centraron en la realización de un mercado común.

El 1 de enero de 1959 se produce la primera baja del 10% de los derechos aduaneros en el interior de la CEE, y dos años más tarde la primera aproximación de los aranceles nacionales de los seis países miembros a la tarifa aduanera común.

Finalmente, el 1 de julio de 1968, dieciocho meses antes de lo establecido en el calendario inicial, quedó terminada la unión aduanera, con la eliminación de todos los derechos arancelarios entre los países miembros y el establecimiento de un arancel común frente al exterior.

Por otra parte, el Convenio de Yaundé, de 20 de julio de 1963, renovaba la asociación de los países de ultramar a la CEE.

El 9 de agosto de 1961, el Reino Unido solicitaba su adhesión al Mercado Común, seguida por Irlanda, Dinamarca y Noruega.

De Gaulle veta

Las negociaciones se abren el 10 de octubre de ese mismo año y continúan durante el siguiente. El 14 de enero de 1963, el general De Gaulle opone su veto declarando que Inglaterra no está preparada para entrar en la CEE, las negociaciones se suspenden el 29 de ese mismo mes.

El 11 de mayo de 1967, el Reino Unido renueva su petición de ingreso, chocando de nuevo con la oposición francesa, que durará hasta la cumbre de La Haya de 1969, en que el nuevo Gobierno francés (De Gaulle había renunciado meses antes) se manifestó a favor de la admisión.

Desde el punto de vista institucional, hay que destacar el tratado del 8 de abril de 1965, por el que se funden el consejo y la comisión de las tres organizaciones: CEE, CECA y EURATOM, en dos cuerpos únicos. El tratado entró en vigor en julio de 1967.

La segunda etapa será la del desarrollo y la ampliación del Mercado Común. El punto de partida fue la conferencia de jefes de Estado o de Gobierno de los seis, celebrada en La Haya, el 1 y el 2 de diciembre de 1969, a iniciativa del presidente francés Pompidou.

En esta cumbre se intentan resolver los principales obstáculos que se oponían al desarrollo de la Comunidad: se llega a un acuerdo financiero agrícola, se organiza una atribución progresiva de recursos a la Comunidad para llegar a un auténtico presupuesto comunitario, en 1975, y se desbloquean las negociaciones con los países candidatos a la adhesión.

El 30 de junio de 1970 comienzan las negociaciones, que concluirán el 22 de enero de 1972, con la firma de los tratados entre la Comunidad y el Reino Unido, Irlanda, Dinamarca y Noruega. Los tratados entraron en vigor el 1 de enero de 1973 para tres de estos países, al haber rechazado Noruega la adhesión, por referéndum del 26 de septiembre anterior.

Segunda ampliación

El segundo proceso de ampliación, que elevará el número de miembros a doce, con la incorporación de Grecia, España y Portugal, se inicia en 1976, y hasta la fecha sólo ha cristalizado en el tratado de adhesión de Grecia, firmado, el 28 de mayo de 1979, en Atenas. La década de los 70 se había abierto con la esperanza de llegar a una unión europea.

En la realidad, los logros han sido mucho más limitados y se han centrado sobre la cooperación intergubernamental. Su principal producto ha sido la aparición del Consejo Europeo, no previsto en el Tratado de Roma, que surge por primera vez en el comunicado final de la Conferencia de París, de diciembre de 1974, y que, de hecho, supone la institucionalización de las cumbres de jefes de Estado o de Gobierno.

Concentración de poder

La concentración de poder en los órganos intergubernamentales, Consejo de Ministros y Consejo Europeo, podría verse modificada en un futuro por el, peso del Parlamento Europeo.

Compuesto en un principio por parlamentarios nacionales, el Tratado de Roma prevía que, en un segundo período, sus miembros lo serían por sufragio universal directo.

El escaso entusiasmo despertado por estas elecciones, que se celebraron, en 1979, en los diversos países miembros, no ha impedido que durante su corta vida el Parlamento Europeo haya intentado aumentar sus poderes de control y mejorar su participación en la vida legislativa comunitaria.

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