Crisis en el PC italiano por la falsa información publicada en 'L'Unità"
El Gobierno italiano comenzó ayer a responder en el Parlamento a las numerosas interpelaciones sobre el documento falso publicado en el diario L'Unitá, órgano oficial del partido comunista, sobre el caso del secuestro del democristiano napolitano Ciro Cirillo. El diario comunista achacaba a la Democracia Cristiana haber negociado con las Brigadas Rojas la liberación de Cirillo. Mientras tanto, ha sido ya anunciada la dimisión oficial del director de L'Unitá, Claudio Petruccioli.Al mismo tiempo que se espera la reunión de la dirección del partido para cubrir esta vacante, los enemigos de Enrico Berlinguer y de su equipo dentro del partido han aprovechado para hablar de "grave error político" y de revisión de la "política del partido". Toda la atención se centra sobre el personaje misterioso que, al parecer, entregó el documento a la corresponsal de L'Unitá en Nápoles.
Se ha dado hasta el nombre de quien proporcionó el documento: Luigi Felici Rotondi, de 45 años, que, al parecer, trabajaba para una agencia de Prensa. Pero cuando la policía ha ido a detenerle, su casa estaba desierta: ha huido.
Sobre este punto, los interrogantes son muchos. Se vuelve a hablar de una nueva estrategia contra el partido comunista y contra las últimas posibilidades que quedaban de un compromiso histórico con la Democracia Cristiana.
Ha sido un golpe, se afirma, más duro aún si cabe que el asesinato de Aldo Moro. Se considera también este golpe como un hachazo político a Enrico Berlinguer, secretario general del partido comunista, precisamente en el momento en que había dado el gran paso de la ruptura con Moscú.
La pregunta que todos se hacen es cómo la periodista Marina Maresca, que desde hacía seis años tenía el carné del partido, que fue quien publicó la información, podía estar en relación con un personaje que ha tendido una emboscada semejante a su partido, creando un verdadero terremoto interno. Dirigentes como Giorgio Napolitano y Chiaramonte han arremetido ya contra Berlinguer, que se daba ayer por liquidado, como muy tarde, para el próximo congreso que se celebrará el año que viene.
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