"Una política de nacionalizaciones bancarias depende de las condiciones económicas y sociales de cada país"
"Si el gobierno actual francés consideró que para llevar adelante una política económica era necesario tener el instrumento financiero bajo total control, es dificil precisar si una política de nacionalizaciones bancarias similar tendría éxito en España. En cualquier caso, un banquero tendría que analizar las condiciones económicas y políticas del país antes de señalar si es conveniente una política de nacionalizaciones" manifestó ayer, en una entrevista con EL PAÍS, Jaques Bonnot, 44 años, director general y máximo ejecutivo de la entidad de crédito francesa Crédit Agricole, la primera institución bancaria de Francia y Europa, y la tercera del mundo por recursos ajenos, que ayer abrió su oficina de representación en Madrid
Considerado un hombre próximo a las posiciones del actual equipo socialista francés, Bonnot rechaza cualquier toma de postura definitiva sobre una hipotética traslación a España del experimento nacionalizador del país vecino, aunque sí es bastante crítico de la política económica y monetaria que sigue la Administración norteamericana y de los efectos recesivos que produce en Europa.Bonnot, que sólo lleva cinco meses en el primer puesto ejecutivo del Crédit Agricole, justifica la presencia en España de la entidad de crédito francesa más particular (el Crédit Agricole es un conglomerado de cajas rurales y cooperativas locales, con especiales vínculos con el Estado), por la atención tradicional, aunque no exclusiva, que la institución presta al sector agroalimentario y su dedicación prioritaria a las pequeñas y medianas empresas.
Sin embargo, Crédit Agricole -más de seis billones de pesetas de recursos ajenos, casi cinco billones en créditos, diez mil oficinas y 66.000 empleados- ha iniciado recientemente una campaña de expansión internacional y, según su director general, las actividades del banco no van a estar limitadas únicamente a dicho sector.
Un dato significativo que prueba la expansión del banco es su establecimiento histórico en Chicago, como centro agrícola mundial, y la apertura de oficinas en la República Federal de Alemania, Italia y, ahora, España. Aún así, su establecimiento como surcursal en Madrid está condicionado a un estudio previo de los mercados financieros españoles.
Pregunta. El mercado bancario español se ha hecho muy competitivo para la banca extranjera. ¿Cree usted que el Crédit Agricole podrá alcanzar sus objetivos con una oficina de representación teniendo en frente a más de treinta bancos extranjeros ya instalados además de los españoles?
Respuesta. No creo que España sea un caso especial en cuanto a competencia interbancaria. La mayoría de los grandes países viven en la misma situación. La experiencia ha demostrado en estos países que la presencia de la banca extranjera nunca ha ido en contra del desarrollo de los bancos nacionales y, por supuesto, contra los intereses de las economías nacionales. Respecto a lo de oficina de representación, nuestro objetivo es analizar el mercado y ver el volumen de negocios que podemos desarrollar. Después, si merece la pena, podremos abrir una sucursal.
P. ¿Qué tipo de servicios distintos puede ofrecer su banco?
R. En primer lugar, nuestra presencia en España permitirá que nuestros clientes tengan aquí una base más cómoda en sus intercambios comerciales y económicos con este país. Por otro lado, nuestro especial carácter y tamaño puede dar un servicio complementario al negocio bancario en España, y mejorar en este sentido las intensas relaciones agroalimentarias hispanofrancesas. Pero, finalmente, no descartamos cualquier tipo de actividad, como lo demuestra la reciente participación de la entlüdad en los créditos sindicados a muchas empresas españolas y al Reino de España.
P. ¿Qué respuesta dará a los banqueros españoles que se interesen por el experimento nacionalizador francés?
R. Hay que advertir que el Crédit Agricole, por su especial configuración, no se ha visto afectado por la ley de nacionalizaciones. De ésta, en cualquier caso, se conocen sus intenciones y sus principios más importantes, pero no sus detalles. Por eso hasta que el proceso no se haya completado, mis opiniones no pueden ser muy definitivas.
P. Ante una eventual victoria del PSOE, ¿cree usted que es transferible a España el experimento nacionalizador francés?
R. La política de nacionalizaciones del Gobierno actual francés tiene su base en la idea de que no es posible desarrollar una política económica sin controlar el instrumento financiero. Para un banquero es difícil precisar si una política de nacionalizaciones bancarias en España puede tener éxito. Creo yo que es necesario analizar previamente las condiciones económicas y políticas donde se pretende aplicar, aunque yo no me atrevo, como banquero que pretende actuar en este mercado, a juzgar una política de este alcance.
P. La situación económica española, especialmente sus cuentas exteriores, ha dado pie a especulaciones entre banqueros internacionales sobre el nivel de crédito del país. ¿Cual es su opinión al respecto?
R. Yo no creo que el rating de España en los mercados internacionales sea muy diferente al de cualquier país mediterráneo. Yo no creo que España tenga especiales problemas de balanza de pagos y , desde luego, coloca sus préstamos internacionales muy fácilmente. Respecto a la economía española, creo que tiene un potencial de expansión muy superior al de las economías europeas que, como la española, se ven afectadas por la actual crisis que, como es sabido, está vinculada al precio de la energía y a los altos tipos de interés. Para nostros es evidente que España tiene unas bazas muy buenas que le.debería permitir, mucho mejor que a otros países, superar esa crisis y proseguir con su desarrollo y crecimiento. España ha tenido éxito, a pesar de una inflación muy elevada, con su política económica y disfruta de una paz social relativa suficiente. Ha conseguido tener un nivel de salarios muy razonable y el crecimiento de su PIB es comparable al que se encuentra en los países industriales. Pero, ante todo, lo que más destaca en su enorme potencial, especialmente en el campo agroalimentario.
P. Una pregunta forzada a un banquero es su opinión sobre los tipos de interés...
R. Aquí se ha equivocado tanta gente que es muy aventurado dar una opinión. En cualquier caso, voy a emitir un deseo, un deseo que deben compartir todos los europeos. Este tema fue tratado entre el canciller Schmidt y el presidente Mitterrand muy recientemente y llegaron a la conclusión de la necesidad de una concertación europea frente a los altos tipos de interés en Estados Unidos. Estos tipos penalizan fuertemente a Europa y dificultan la posibilidad de una recuperación sana y buena en las economías europeas. Es una necesidad histórica que un futuro inmediato que la política norteamericana, especialmente en el campo monetario, tengan en cuenta las necesidades europeas.
P. Con este planteamiento, ¿cree que es posible una concertación europea global frente a la Administración Reagan?
R. Una concertación general, hoy por hoy, quizá no. Pero unos acercamientos de algunos países sobre unas bases de fuerza en este campo monetario, no solamente es posible sino una realidad. El ejemplo lo ha dado esa acción conjunta franco-germana ante los norteamericanos y la misma actitud que los países de la CEE han mostrado.
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