Un régimen muy severo contra la obesidad conduce a la depresión
La obesidad es una enfermedad en pleno desarrollo en los países ricos, a pesar de que actualmente se conozcan los mecanismos que la producen, según las conclusiones de un congreso internacional sobre el tema que se ha celebrado en los últimos días en Montecarlo.Los especialistas han señalado que, si bien la obesidad necesita tratamiento, debido a que es causa de graves complicaciones para la salud, especialmente la diabetes y accidentes cardiovasculares, no se puede combatir indiscriminadamente con regímenes. Un régimen desequilibrado o demasiado severo desemboca inevitablemente en un estado depresivo del paciente.
El doctor Jean Vague, catedrático de Endocrinología de la facultad de Marsella, señaló que no existe ningún tratamiento normalizado para curar la obesidad. «Si el adelgazamiento mediante un régimen conduce a la depresión, el médico debe impedir que el enfermo lo siga y buscar con él otras soluciones».
Similares advertencias se hicieron durante el congreso respecto a los regímenes de resultados espectaculares, las dietas milagrosas o excesivamente simplistas. Las mujeres, a menudo seguidoras de estos peligrosos métodos, fueron especialmente advertidas por el doctor Vague. «Es preciso saber que la mujer tiene dos veces más grasa que el hombre y que además le resulta necesaria. Una mujer delgada es una mujer enferma. En la mujer, la obesidad de la mitad inferior del cuerpo -caderas y muslos- no conduce a complicaciones metabólicas. Solamente es peligrosa la obesidad de la mitad superior, que puede conducir a la diabetes a partir de los cincuenta años.
Los participantes en el congreso han señalado que la prevención de la obesidad es simple en teoría: «Hay que aprender de nuevo a comer». Esta educación, que debería darse en la escuela, inculcaría a los niños una ética alimentarla y principios elementales sobre el equilibrio del régimen cotidiano.
Los especialistas, sin embargo, se han mostrado pesimistas respecto al futuro. La solidez de los hábitos establecidos, el exceso general de sal, grasas y azúcar, los menús mediocres de muchos comedores escolares y, sobre todo, los intereses de las industrias agroalimentarias hacen que los médicos piensen que la obesidad, a pesar de los avances en la Investigación, será una enfermedad en aumento.
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