Los profesores no numerarios
En el debate actual que está teniendo lugar de distintas formas en sus páginas sobre la LAU, noto cierta falta de lucidez al referirse al tema del doctorado en relación con la estabilidad de los profesores contratados. Restringiéndome al caso de las universidades politécnicas, por ser las que mejor conozco, he de llamar la atención sobre lo que considero falsa polémica en torno al doctorado y su trabajo de tesis. Gran parte de los hoy día catedráticos no lo hicieron nunca, al serles convalidado en gran medida por cambios de planes de estudio. Lo que es peor, la necesaria, en su contexto, lucha por alcanzar y mantener el poder dentro de la universidad, les ha incapacitado en gran medida para realizar cualquier trabajo científico con el mínimo rigor, si es que alguna vez desarrollaron esta capacidad (a nuestra situación científica internacional me remito). Este estado de cosas hace muy difícil al profesor aspirante encontrar ayuda y dirección capacitada para llevar a cabo su trabajo de tesis de una manera honesta y rigurosa. A la hora de juzgar su trabajo, sin embargo, sí se va a encontrar con más personas de las que sean necesarias, la mayor parte investidas con la única autoridad que da el poder. Abramos los ojos, el doctorado no es un problema científico o profesional para el novel profesor de universidad, sino un problema laboral más a añadir a su precaria condición de contratado administrativo. Su falta de una estabilidad mínima está ciertamente relacionada con el "exceso" de estabilidad de los profesores funcionarios y no se debe dejar que una falsa polémica científica pueda servir de coartada para negar a los profesores contratados derechos mínimos laborales que nuestra legislación garantiza a todos los trabajadores. Desde luego, esta legislación también permite cesar en el empleo a aquellos que se demuestren incompetentes, pero ¿y losPasa a la página 8
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funcionarios que lo demuestren?/ .
