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ANDALUCÍA

Derribados varios miles de casetas y chabolas en la playa de Matalascañas para evitar epidemias y problemas sanitarios

Varios miles de casetas y chabolas han sido derribadas en la playa del parque nacional de Doñana, próxima al centro turístico de Matalascañas. La acción, realizada por decisión gubernativa, tiene como objetivo evitar los problemas sanitarios y la propagación de posibles epidemias, lo que hubiese puesto en peligro la explotación turística de la costa oriental de Huelva. Según Pedro Núñez Morgades, gobernador civil de Huelva, durante la temporada turística estival han llegado a ubicarse en la playa turística de Doñana más de diez mil casetas y chabolas, donde han veraneado cerca de 30.000 personas.

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En contrapartida a la destrucción de casetas y chabolas, el Gobierno y la Diputación provincial de Huelva han promovido la creación de una serie de campings con capacidad para 27.000 plazas, entre Matalascañas y Mazagón. Este hecho facilitará el veraneo para las personas que antes habitaban en un ambiente tercermundista.Las personas más afectadas por la medida gubernamental son vecinos de la provincia de Sevilla, fundamentalmente de Pilar y Villamanrique, y, en menor número, habitantes de algunos pueblos de la comarca del Condado, de Huelva. El gobernador civil de Huelva ha dirigido una llamada de atención a los hasta ayer propietarios ilegales de las chabolas para que comprendan la decisión adoptada por la Administración. Núñez Morgades ha subrayado, por otra parte, que se propone terminar con todos los asentamientos ilegales que se producen en zonas de dominio público de la costa onubense y que, en el caso de Doñana, "el Gobierno Civil no ha dudado en ningún momento en acometer una acción contra algo de lo más aberrante que tiene Huelva".

Veintiún casos de meningitis

En conferencia de Prensa ofrecida ayer por el gobernador civil de Huelva se puso también de manifiesto que se habían producido casos de infección entre los habitantes de las chabolas, pero que éstos los habían silenciado. En concreto, algunas fuentes oficiales han indicado que se registraron veintiún casos de meningitis durante la estancia de los chabolistas en la zona. Se indicó finalmente que en los asentamientos ilegales de Doñana había personas que alquilaban casetas por un importe de hasta 40.000 pesetas mensuales en plena época estival. Se daba el caso de una persona que era propietaria de 42 de las chabolas derribadas ayer.Al conocer la noticia de los derribos los afectados reaccionaron con gran indignación. Según pudo saberse ayer en Huelva, el alcalde de Pilar acusó al de Almonte -a cuyo término municipal corresponden los casi catorce kilómetros de playa por los que se extendían las chabolas- de haber traicionado a su pueblo. En Pilar llegó a hablarse de la organización de una marcha desde esta localidad hasta Almonte. La zona de las chabolas derruidas se encuentra fuertemente vigilada por fuerzas de seguridad del Estado, a fin de que no puedan ser reconstruidas. Igualmente se han instalado controles en las carreteras de la zona.

El PCA emitió ayer un comunicado de protesta no contra el derribo en sí, que consideraba necesario, sino contra la forma en que se ha hecho, sin notificación previa a los interesados y rompiendo bruscamente los intentos de negociación ante el Gobierno Civil de Huelva.

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